¡Ya está bien!

Fernando Bermejo Reales (*)

Desde hace tiempo nos encontramos en el día a día noticias, artículos de opinión y tertulias televisivas donde partidarios, políticos y gobernantes de la izquierda y extrema izquierda utilizan todo su abanico mediático para ‘oscurecer’ a un partido constitucionalista, monárquico y democrático, para convertir a victimarios en víctimas y a las víctimas en victimarios, para crear tensión, odio, división y rencor en la ciudadanía y denostar las ideas de 3.6 millones de españoles. 

Los votantes y afiliados de Vox, son personas corrientes y trabajadoras; que madrugan cada mañana para hacer una vida normal y no llevan navajas en la cintura como asevera Echenique; que respetan los actos de otros partidos y permiten que sus candidatos y afiliados hablen con libertad sobre sus ideas donde y cuando quieran (aunque no las compartan); que permiten concentraciones de ideologías no afines sin más y prosiguiendo su camino; que no jalean la violencia y la condenan en todo momento y contra todos, permitiendo otras creencias sin hacer de la violencia su bandera como la izquierda, cada vez más radicalizada que profiere denuestos contra los que no pueden adoctrinar en su anárquico mensaje. 

El PSOE de estos días, y más la izquierda radical que gobierna España, poco sabe de libertad. Algún lector se sorprenderá, pero ya lo dijo Largo Caballero, histórico dirigente del PSOE “No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad”. En el mismo tono habla el representante de la izquierda más deleznable y ruin, Pablo Iglesias que a la pregunta de ¿comunismo o libertad? Responde: “¡Comunismo, qué cojones!”.  El mayor objetivo del gobierno Social-Comunista y a lo que aspiran sus dirigentes es que nuestra Nación se convierta en un estado Chavista a imagen y semejanza de Venezuela al que considera “una de las democracias más saludables del mundo” y “una referencia en Europa”, como dice el hasta hace pocos días, vicepresidente del gobierno de España. 

Esto no es lo que quiere Vox ni sus votantes. Tampoco queremos una inmigración ilegal que llene nuestras calles de gente sin hogar y sin recursos para sobrevivir que conlleva a delinquir, sino una inmigración legal y controlada. Queremos seguridad en las calles para que todos podamos caminar tranquilamente sin sufrir atracos, agresiones y violaciones. No queremos que nuestros impuestos se destinen a la compra de vehículos y quads para Marruecos por importe de casi 10, 5 millones de euros cuando nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no tienen ni el material suficiente para realizar su función. No queremos colaborar de ninguna de las maneras con las mafias de tráfico de personas que junto a las ONG´s, explotan la desgracia de determinados inmigrantes que tienen la necesidad de salir de sus países, para lucrarse de ello. No queremos que, mientras los españoles (sean del pensamiento político que sean) se mueren literalmente de hambre o no tienen trabajo, se sigan creando asociaciones, fundaciones, plataformas y demás chiringuitos sin sentido para la recepción de subvenciones con el único objetivo de empeorar la vida de todos para mejorar la suya. No queremos que los sindicatos, aquellos que deberían defender a todos los trabajadores y a aquellos que lo buscan, politicen sus acciones, incluso en contra de los mismos, para mantener su status quo. Queremos un Poder Judicial independiente, que no sea manejado por estrategias políticas ni vulnerable a presiones del Poder Ejecutivo como ocurre en la actualidad. Y así podría seguir durante horas.  

Ni Vox ni sus votantes necesitan que les sea aplicado un “cordón sanitario”. Lo necesitan aquellos como Podemos que, con la connivencia del PSOE, apoyan y jalean la violencia contra aquellos que no piensan como ellos y que, en palabras de su líder Pablo Iglesias, en sus ratos libres se dedican a “en lugar de mariconadas del teatro nos vamos a cazar fachas para aplicarle la justicia proletaria”; que blanquean a partidos filoterroristas y separatistas sometiéndose a sus pretensiones por un puñado de votos para mantenerse “chupando de la teta de mamá Estado”; que blanquean países como Irán donde los homosexuales son ahorcados en la vía pública y la mujer es encarcelada por protestar pacíficamente contra el uso forzoso del hiyab, que tienen adoración por figuras como el Che Guevara que ordenó el encarcelamiento de homosexuales por el mero hecho de serlo y restringió con suma dureza la libertad de prensa.  

Podemos, con una falsa verborrea democrática y de libertad tiene un comportamiento más propio de la Stasi o el KGB, enviando a sus hordas, las cuales están encabezadas por sus trabajadores como ha quedado demostrado en Vallecas, a apedrear y linchar a hombres, mujeres y niños que no piensan como ellos y que tachan de fascistas. Estoy convencido que, si por ellos fuera, harían de los Gulag o las Chechas nuestra última morada. 

Estos señores, señoras o “señoros” (no se vaya a ofender alguien), con su espíritu claramente  antidemocrático, lanzan insultos, consignas y demás patulea de expresiones para vilipendiar a un cualquier partido político y a los millones de personas que no tienen el deseo de que España se rompa, que no desean que nuestra Nación esté gobernada amparada en los chantajes de aquellos partidos separatistas que desprecian al resto de españoles por el simple hecho de serlo, por otros que son los herederos de las pistolas y las balas, estas sí fueron disparadas por la espalda a cientos de españoles por el mero hecho de ser militar, policía o político no afín. 

Por todo ello, millones de españoles gritan “Ya está bien” de criminalizar a aquellos que deseamos el bien de nuestra Patria, que deseamos un futuro mejor para nuestros hijos con trabajo y una economía saneada, sin actitudes cainitas provocadas buscando la confrontación, donde se pueda caminar con seguridad y, sobre todo, sea recuperada la hermandad de todos los españoles, con libertad y fraternal convivencia. 

(*) Afiliado de Vox