Un abogado portuense metido de lleno en el mundo de embargos y ejecuciones de inmuebles, usa y engaña al Banco Santander para lucrarse

El letrado, todo un personaje siniestro, crea una red de sociedades para ello

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Ana Botín se llevaría las manos a la cabeza, si le contaran con detalle todo en lo que ha estado metido un abogado afincado en el Puerto de la Cruz, el cual, ha conseguido miles y  miles de euros, desde una posición privilegiada en su Banco Santander, primero dentro y luego fuera, siempre con amigos, testaferros y demás fauna subastera, hasta el punto que cuando dejó de ser apoderado del banco, no fue circunstancia que le perjudicará, todo lo contrario.

Este abogado de una voracidad sin límite en lo que respecta a los billetes, va en la línea de otro venerable abogado, éste con el BBVA, los cuales, jugaban a lo mismo. Información privilegiada y a sacarle el máximo jugo posible. En el caso del abogado portuense, lo que hacía era acceder a todas aquellas propiedades, sea cual sea su naturaleza que iban a ser ejecutadas por impagos y hacerse con ellas, sin mosca ninguna y usando sociedades, ya que él no puede ni podía aparecer.

Las compraban en lotes y luego las vendían a precios ventajosos a todo el que se pusiera por delante. Una persona que lo conoce bien y que oculta su identidad, por si acaso, señala que además de casas, trabaja con ventas de hoteles, urbanizaciones y ha coincidido por negocios con empresarios en Arona, que cuando se puedan amarrar  sus nombres van a sorprender a todo el mundo.

Cuando se realizaba la venta de esas propiedades, el letrado, según otras fuentes consultadas,  exigía el pago de la consabida comisión, no al modo formal y correcto, sino al estilo sobre. Esos pagos debieron generar una ingente cantidad de dinero, sin control ninguno, con todo lo que eso supone.

El letrado ha contado con la colaboración de ciudadanos extranjeros para esas sociedades instrumentales, dirigidas a conseguir propiedades y negocios que generaba y genera el Banco Santander, pero sin contarle como lo hacen. Una de sus colaboradoras es una ciudadana italiana, que le sirve de manera ejemplar, no por lo bueno, sino por lo malo. El letrado además se ha metido de lleno en el mundo de los hoteles para sacar tajada e incluso en las urbanizaciones de lujo y lo hace a su manera, sin piedad, sin respetar pactos y jodiendo a propios y extraños.

Resulta curioso que no haya salido hasta ahora al escenario. Pero la culpa es de uno de sus socios circunstanciales, un empresario muy famoso, no por lo abultado de su cartera, sino por sus juegos orquestales con el Ayuntamiento de Arona. En fin, a las subastas voy  y de las subastas vengo y de paso con Mena me entretengo. Como dicen el mundo es un pañuelo, pero en esta caso, una promoción.