
La Policía inglesa detuvo a uno de los sobrinos de John Palmer como sospechoso, pero lo liberó al tener una sólida coartada
La investigación sigue como al principio: cero resultados, cero pistas
EDDC.NET / Londres
Alguien que lo conoció bien, por la largueza con que llenó sus bolsillos, dijo que había muerto el hombre, pero que había nacido el mito. Aunque es una de esos lugares comunes recurrentes que utilizamos todos cuando no tenemos demasiados recursos estilísticos o literarios, depende de dónde nos pongamos, no deja de ser tremendamente cierto en el caso que nos ocupa.
Lo único evidente es que John Palmer o ‘Goldfinger’ como lo llama la prensa británica murió asesinado en su mansión rural, sita en Essex, donde vivía con su compañera Cristhine Ketley y el hijo de ambos, James, por varios disparos, realizados con fatal precisión por asesinos profesionales. Hay dos tesis que manejan por un lado los investigadores policiales y otra las personas cercanas a la familia del fallecido.
La primera se centra en otros mafiosos ingleses aliados con rusos o gente del Este de Europa que no querían que hablara o que descubrieron que se le soltaba la lengua con la Policía y la segunda, que fue una muerte planeada por instancias oscuras de agencias gubernamentales, sin identificar y especializadas en los bajos fondos internacionales.
Mientras tanto la Policía de Essex con el apoyo de la Metropolitana de Londres busca desesperadamente a los responsables de este asesinato, tras el triste espectáculo de anunciar que había muerto de manera natural y luego que lo habían matado a tiros. Hace días anunciaron a toda pastilla que habían detenido a un hombre de 43 años como sospechoso, pero lo soltaron, porque poco después se supo que no había tenido que ver.
Lo que no contaron es que habían procedido a la detención de Darren John Morris, uno de los sobrinos de John Palmer y que en su día había ostentado la representación de algunas de las sociedades con las que trabajaba bajo las órdenes de su tío. Una detención que sorprendió a todo el mundo, ya que nadie se esperaba esta acción policial. Pronto fue puesto en libertad, ya que contaba con una sólida coartada, además de comprobar que nada había tenido que ver con el asesinato de su tío.
La detención de su sobrino y la de esa persona que tampoco tenía nada que ver con este crimen violento y el hecho que durante más de un mes el gobierno retuviese el cadáver de Palmer, retrasando su entierro más de lo necesario, es lo que ha generado muchas suspicacias entre su entorno más cercano y que estén considerando la idea que su muerte convenía a algunos personajes importantes, dentro y fuera de Inglaterra.