El Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas recuerda que las dominación y el control son las manifestaciones más comunes de violencia machista
Es importante que la publicidad y los medios de comunicación no promuevan modelos de relación que perpetúen el sometimiento de la mujer al hombre o viceversa
EDDC.NET/Las Palmas de Gran Canaria
El Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas recuerda que la dominación y el control de la pareja son dos de las manifestaciones más habituales de la violencia contra la mujer y la vía de inicio del maltrato psicológico y físico. Esta institución, que reúne a todas los profesionales de la psicología de la provincia de Las Palmas, considera necesario hacer esta afirmación a raíz de la polémica suscitada por el corto promocional realizado por el Corte Inglés, titulado ‘Equis o corazón’, que constituye un magnífico ejemplo de lo que es la dominación y el control en las parejas, una de las manifestaciones más habituales de la violencia de género.
En dicho vídeo, un joven trata de controla las actitudes de una chica con la que está en fase inicial de relación, reprochándole sus comportamientos en las redes sociales. Finalmente, la chica se compromete a “controlarse”. “Si puede extraerse una consecuencia positiva de dicha campaña es que ha sido tal el volumen de críticas dirigidas a la empresa que se han visto obligada a retirarla”, matizan fuentes de Colegio. En este sentido, afirman que “la conciencia social va más allá de las consignas publicitarias y la repulsa a este tipo de mensajes es inmediata, y que gracias a las redes sociales la opinión pública puede manifestarse directamente.
El COPLP continúa afirmando que “cuando las estadísticas de la violencia machista son tan reveladoras como suceden en nuestro entorno, se hace imprescindible que el conjunto de la sociedad y sus agentes, también las empresas, se impliquen en luchar contra esta lacra. Deben promocionarse modelos de relación alejados del patriarcado, de la sumisión y el control”.
En este sentido, el COPLP recuerda que un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado en 2015, ofrece cifras inquietantes. Una tercera parte de jóvenes entre 15 y 20 años (tanto varones como mujeres) consideraba normal ejercer un control sobre su pareja en cuanto a horarios, relaciones con sus amistades o con su familia. Un control que se extiende a temas como los estudios o el trabajo, o incluso determinar qué pueden o qué no pueden hacer. Además, su percepción de las desigualdades entre los géneros es menor que la del resto de la población. Esto indica un desconocimiento y una normalización de comportamientos que no deben ser aceptados, que conducen a un contexto en el que la violencia de género se justifica y se tolera, y en el que se perpetúa la identificación de la mujer con actitudes abnegadas, sumisas y pasivas.
En cuanto a edades más tempranas, desde el Colegio de la Psicología de Las Palmas se apunta a que otro estudio arroja unos datos más preocupantes todavía: el informe ‘Jóvenes y género. El estado de la cuestión’, publicado por el Centro Reina Sofía en febrero del presente año, constata que uno de cada tres varones de entre 12 y 24 años justifica, en cierto grado, las agresiones machistas como consecuencia de la provocación de la víctima, una proporción que se mantiene entre aquellos que creen que la violencia contra la mujer pertenece al ámbito familiar y no debe salir de ahí. Además, una cuarta parte de ellos opina que si una mujer maltratada por su pareja no corta la relación es porque no le disgusta del todo la situación, y un 31% estima que un buen padre debe hacer saber al resto de su familia quién manda.
No debemos minimizar el trabajo en la lucha contra la violencia de género en la adolescencia, ya que entre los 18 y los 29 años es cuando el número de víctimas se incrementa de forma progresiva, muy especialmente desde los 19 años. Entre los 12 y los 24 años, un 5% de las mujeres han sido agredidas si no hacía las cosas que no quería, un 3% ha sido golpeada en alguna ocasión por su pareja, un 8% intimidada con frases o insultos de carácter sexual, a un 4% le han difundido fotos o mensajes por Internet o por móvil sin su consentimiento y a un 6% las ha presionado para actividades sexuales que no deseaban practicar. Porcentajes nada desdeñables, a los que se unen otros como que a un 30% las han intentado controlar decidiendo por ellas hasta el más mínimo detalle., a un 25% la intentado controlar a través del móvil, a un 23% la han insultado o ridiculizado y a un 22% las han intentado aislar de sus amistades.
“A la luz de estas cifras, no podemos dejar de enfatizar el hecho de que la prevención es la mejor de las herramientas para poner fin a la violencia de género. La figura del psicólogo educativo es el medio ideal para desarrollar esta labor en los centros escolares, trabajando aspectos como al educación afectivo- sexual, la igualdad y la gestión de las emociones, una reivindicación que demandamos desde hace años desde el Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas”, concluyen.

