
Adeje se ha convertido en un centro de apoyo y asesoramiento a varios gobiernos africanos por obra y empeño de Mohamed Derbah
El empresario libanés realiza una actividad sin ánimo de lucro y conciliadora
EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife
Tenerife se ha convertido en un punto clave en la política africana. Y especialmente el municipio sureño de Adeje. Un punto ajeno a gobiernos y agendas interesadas, pero con la misma influencia o mayor si cabe.
Y se debe a la presencia del empresario libanés Mohamed Jamil Derbah. Una persona que ha vivido y sentido el continente africano desde hace muchos años y que ha forjado una red de contactos espectacular en muchas cancillerías africanas, a las cuales ofrece su asesoramiento, aunque al final su labor se parece más al de un mediador, en la línea de los secretarios generales de la ONU.
Derbah cuenta ya con el título de asesor de la Presidencia y del primer ministro de Guinea Bissau y en los últimos días jugó un papel muy importante en la crisis política que se desarrolló en el país a cuenta del cese del anterior primer ministro por parte del presidente, evitando inestabilidades en un territorio prometedor y que está empezando a caminar con fuerza por el camino del desarrollo.
Pero además trabaja con los gobiernos de Mauritania, Senegal, Gambia, Gabón, Burkina Fasso, entre otros, donde los representantes públicos cuentan con sus consejos y le consultan todo tipo de decisiones.
La proyección africanista de Derbah es clave en sus nuevos proyectos, ya que considera que, “propiciando el desarrollo de estos países, pero siempre de manera transparente, con muchos controles y apostando por la democracia, evitaremos muchos problemas y generaremos riqueza y empleo y le daremos la vuelta a todos esos tópicos que se tienen sobre el continente africano”.
Al contrario que otros que no tienen estos propósitos, el empresario libanés ofrece una vía digna y correcta a todos aquellos inversores o personas interesadas en estos países, de una manera altruista y sin que ello suponga coste alguno para ellos. Los conocimientos profundos de Derbah sobre estos países son la mejor manera de acceder a nuevos campos económicos.
Lo más curioso de todo es que Adeje, sin saberlo, es un punto diplomático privado por llamarlo de alguna manera, que actúa de manera eficaz, incluso más que los habituales y oficiales caminos de los gobiernos españoles y europeos y si tiramos más, del de los Estados Unidos de América.
Es hora de que este esfuerzo sea conocido y estimado por quienes ven en lo internacional una buena oportunidad para la política y los negocios.