Román Rodríguez alerta sobre el expansionismo marroquí en El Sahara y sus consecuencias para Canarias
Recuerda que la Resolución 2797 de Naciones Unidas, aprobada el pasado mes de octubre, continúa reconociendo el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui
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Román Rodríguez, secretario nacional de Estrategia, Programas y Formación de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) considera que nuestra comunidad “se juega mucho en la justa resolución del conflicto del Sahara. Y debe seguir actuando desde la solidaridad y, también, desde la justificada preocupación ante el expansionismo de Marruecos. Ante la insistencia del expansionismo marroquí con el Sáhara. Lo que ocurra allí condiciona nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro futuro”.
Tras cincuenta años de ocupación marroquí, son muchas las resoluciones favorables a la autodeterminación del Sahara. Así, la Resolución 3437 de 1979 de la Asamblea general de Naciones Unidas insta a Marruecos “a poner fin a la ocupación militar del Sahara Occidental y a negociar con el Frente Polisario, en calidad de legítimo representante del pueblo saharaui, la terminación del conflicto”. Otras resoluciones posteriores inciden en la celebración de un referéndum de autodeterminación bajo las directrices de la ONU, creándose en los años noventa del pasado siglo la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental).
Resolución 2797
La más reciente ha sido la aprobación a finales de octubre de la Resolución 2797 del Consejo de Seguridad de la ONU. Que Marruecos y sus aliados han aprovechado para desplegar una intensa campaña, asegurando que la misma reconoce la marroquinidad del Sahara e impone como única salida establecer l una autonomía bajo su soberanía. Sin embargo, una atenta lectura de la Resolución no parece que lleve a esas conclusiones tan contundentes.
En primer lugar, porque la Resolución 2797 continúa reconociendo el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Además, ratifica que la solución a este prolongado conflicto debe respetar la Carta de Naciones Unidas que establece que el principio de autodeterminación debe dirimirse mediante un referéndum libre y democrático que contemple todas las posibles opciones: la autonomía, la integración y la independencia. Contemplando, asimismo, que la solución definitiva, fruto de la negociación entre el gobierno de Marruecos y el Frente Polisario debe ser sin condiciones previas y mutuamente aceptables por las partes que prevea la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental.
“Cierto es que, en esta ocasión, se incluye a la autonomía como uno de los elementos de negociación y como una posible salida al conflicto, pero no la única, como pretendía Estados Unidos, vulnerando las resoluciones de la ONU y el Derecho Internacional que reconoce el principio de autodeterminación de los pueblos en los procesos de descolonización. Por tanto, afirmar que el tema se ha zanjado aceptando la propuesta autonómica es falsear, de forma muy interesada, el contenido de la Resolución”, asegura Rodríguez.
Canarias, su pueblo y sus instituciones, siempre se han destacado por su solidaridad con el Sahara y su pleno apoyo a las resoluciones de Naciones Unidas que exigen su libre autodeterminación. Por razones históricas, de vecindad y de compromiso con los derechos de los pueblos y la legalidad internacional. Una solidaridad y compromiso que, en opinión de Román Rodríguez, debe mantenerse y fortalecerse.
Mar territorial
Por ello, Canarias debe seguir actuando desde la solidaridad y, también, desde la justificada preocupación ante el expansionismo de Marruecos que, como recuerda la Plataforma Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, “ha venido tomando iniciativas para la ampliación del Mar Territorial entre el Sahara y Canarias, el control del tráfico aéreo del Sahara Occidental, la construcción de vías de comunicación con otros países africanos utilizando el Sahara Occidental o la captación de inversiones extranjeras y de la Unión Europea en los territorios ocupados”. A lo que se une un creciente rearme militar de Marruecos, que prevé adquirir una treintena de cazas F-35, con un gasto superior a los 15.000 millones de euros.
Si lograra hacerse con el Sahara, sus ambiciones expansionistas continuarían en parte del territorio de Mauritania y de Argelia, generando más inestabilidad en una zona del mundo ya bastante tensionada. Y afectando, sin duda, a nuestra situación económica, de seguridad y geoestratégica. Canarias se juega mucho en cómo se resuelva el tema del Sahara. La mejor solución es, sin duda, el cumplimiento de la legalidad internacional y el respeto a la soberanía del Sahara.
