NC alerta del peligro de perder una generación joven por las dificultades para vivir y trabajar en Canarias

Carmen Hernández plantea la puesta en marcha de un plan urgente para frenar la emigración juvenil y garantizar oportunidades “reales” de vivienda y empleo

ELDIGITALDECANARIAS.NET/Santa Cruz de Tenerife

La vicesecretaria general de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC), Carmen Hernández, alertó hoy del peligro de perder, en el Archipiélago, una generación de jóvenes por las dificultades para vivir y trabajar en su tierra. La también presidenta del grupo parlamentario de NC-BC defendió la necesidad urgente de articular y poner en marcha un plan para frenar la emigración juvenil y garantizar oportunidades reales de vivienda y empleo.

La marcha de miles de jóvenes canarias y canarios que no encuentran oportunidades para desarrollar su vida en las islas, en opinión de Carmen Hernández, pone en evidencia el peligro de Canarias de perder una generación. “Nuestros jóvenes se marchan porque no pueden acceder a una vivienda, los salarios son bajos y, en el mercado laboral, no ven un futuro”, indicó la dirigente nacionalista.

Una realidad que ha llevado a la parlamentaria del grupo nacionalista progresista a interpelar al Gobierno de las dos derechas canarias, en el pleno de la próxima semana, sobre las medidas implementadas para garantizar el acceso de la población joven a una vivienda digna, a precios asequibles.

Hizo hincapié en que, en los últimos años, miles de jóvenes formados en las universidades canarias han tomado la decisión de emigrar a la Península o el extranjero en busca de una oportunidad de empleo. Los alquileres de pisos, en muchas zonas de las islas, superan los 900 euros, el salario medio juvenil apenas ronda los 1.000 euros y la temporalidad laboral supera el 40 por ciento, según diversos datos del Consejo de la Juventud del Estado.

Datos, como insistió la diputada de NC-BC, que evidencian que el “problema es serio”. Solo el 15 por ciento de la juventud canaria estaba emancipada en 2024 y, como agregó, unas 13.000 personas jóvenes tuvieron que regresar al hogar familiar ante la imposibilidad de poder afrontar en el tiempo el precio del arrendamiento de una vivienda. Para que un joven viva solo, tiene que dedicar el 100 por cien del sueldo neto mensual, subrayó la dirigente nacionalista progresista.

Hernández sostuvo que se corre el riesgo de que la economía de las islas tenga dificultades para el relevo generacional, “y eso con una población cada vez más envejecida, como la actual”, observó. Para NC-BC, urge actuar ahora para evitar hipotecar el futuro del Archipiélago.

Para revertir la emigración de la juventud formada, a quien “tenemos que ayudarles para que puedan desarrollar su proyecto de vida y necesitamos para el futuro de nuestra tierra”, Carmen Hernández defendió la necesidad de poner en marcha un plan para la retención y retorno de los mismos que incluya un programa de vivienda específico, asentado en la modalidad del alquiler y con bonificaciones y garantías para que los propietarios de inmueble vacíos regresen el mercado y arrienden a la población juvenil, también.

La parlamentaria nacionalista propuso la aprobación de “potentes” bonificaciones fiscales en paralelo a la fijación de penalizaciones para los grandes tenedores, inmobiliarias e inversores que mantienen los inmuebles sin ocupar “de manera injustificada”.

Carmen Hernández presentó estas medidas como una alternativa viable a la “errática” política en materia de vivienda del Ejecutivo presidido por Fernando Clavijo que ha impulsado un modelo especulativo con dinero público.

Denunció que CC y el PP promueven un modelo de negocio al servicio del capital privado al combinar, entre otras medidas, el uso de la Reserva de Inversiones (RIC) para la vivienda libre en alquiler, con la privatización del control urbanístico mediante la externalización de las licencias de obra, que impulsan las dos derechas canarias. Además de que el decreto que declaró la emergencia en las islas, del pasado mes de febrero, ha sido un “fracaso” ya que se ha agravado el acceso a una vivienda, sea para alquilar o comprar.