Afiliados de Ciudadanos de Tenerife cuestionan la política interna de Melisa Rodríguez y los suyos a cuenta de los expedientes disciplinarios

Consideran que actúan de una manera despótica y nada democrática

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

La victoria de Melisa en Barcelona es de esas que algunos llaman pírricas. Ha conseguido ascender al cielo ‘godo’ de la ejecutiva nacional, pero a un duro precio, como es aplastar todo diálogo, toda alternativa, toda corriente de opinión libre, dentro del partido y ha creado, ella no, sino su guardia pretoriana, un estado dictatorial que les ha llevado a poco de nacer a estar en gestora.

Hemos tenido acceso a una lista de personas y perfiles a los que se les ha revocado su afiliación y que han sido expulsados del partido y a los que esta banda de ‘lobos’ aglutinados en torno a las dos rubias han tachado de “niñatos, basura, desocupados, con ansias de ‘puestitos’”. Y todo con la complicidad de los padrinos ‘caganet’.

Y sorprende. Hablamos de diplomados, funcionarios, ingenieros de sistemas, de minas, abogados, asesores fiscales, graduados sociales, autónomos, jubilados, estudiantes. Personas preparadas a las que se les ha puesto de patitas en la calle, por no ser borregos y por no entrar en el juego de los que ahora quieren dominar el partido. Otros ya se han dado de baja de manera voluntaria ante estos desmanes y muchos señalan que entraron con ilusión y ahora están totalmente desencantados con lo que están viendo.

Agosto ha venido bien para unos y para otros, aunque la Gestora convocó una asamblea el pasado día 25. Curiosamente en la misma se abordó la situación de Ciudadanos en Tenerife. Casualmente, allí estaba uno de los padrinos de Melisa, actuando como comisario político y para que nadie se desmandará. Nada más y nada menos que el subsecretario de organización del partido a nivel estatal, José María Espejo. Casi nada. Las rubias no querían estar solas y tampoco su grupo.

La maquinaria de Ciudadanos, además de destruir cualquier amenaza interna, ahora se centrara para que Melisa Rodríguez consiga el acta de diputada nacional y pueda por fin conseguir lo que más anhela por encima de todo: un sueldo que le paguen todos los españoles y poder vivir a lo grande. En fin, esperemos que le pase lo mismo con el Parlamento canario, para que aprenda, para que sea humilde y que busque trabajo como todo el mundo en estas islas, que no tienen sus mismos privilegios ‘catalanes’.