Jacobo Medina, un liderazgo en auge bajo el fuego cruzado de Astrid Pérez

Una disputa que podría definir el futuro politico de la isla

EDDC.NET / Arrecife

Jacobo Medina, actual vicepresidente del Cabildo de Lanzarote y figura destacada del Partido Popular (PP) insular, se encuentra en el centro de una disputa interna que podría definir el futuro político del partido en la isla. Mientras su gestión en el Cabildo ha sido ampliamente reconocida por su eficacia, su relación con Astrid Pérez, presidenta del PP en Lanzarote, ha llegado a un punto de tensión que amenaza con fracturar al partido.

Según fuentes cercanas al PP, Pérez no solo busca reducir la proyección pública de Medina, sino que también presuntamente habría promovido bulos sobre su gestión, acusándolo de actividades poco éticas. Estas acusaciones, que hacen referencia a presuntos beneficios indebidos recibidos de empresarios de Lanzarote, han sido utilizadas como parte de una estrategia para desprestigiar al vicepresidente y debilitar su posición dentro del partido. Además, Astrid estaría impulsando medidas internas en el partido para minimizar su influencia política, como son el restringir a este cualquier acceso a los afiliados y afiliadas del partido en la isla.

El trasfondo político: lucha por el poder.

Más allá de los bulos y las acusaciones, el conflicto entre Medina y Pérez refleja una lucha por el poder dentro del PP de Lanzarote. Medina, quien fue designado cabeza de lista del partido en las elecciones al Cabildo en 2023, ha ganado terreno en el ámbito político gracias a su gestión destacada y su capacidad de conectar con la ciudadanía, por lo que no descartaría plantarle cara ante unas posibles primarias en Lanzarote.

Por su parte, Astrid Pérez habría identificado este crecimiento como una amenaza para su liderazgo, lo que la habría llevado a tomar medidas para limitar la influencia de Medina y relegarlo a un segundo plano. Estas tensiones no solo reflejan rivalidades personales, sino también una estrategia política para consolidar el control interno del partido.

Impacto en el PP y la política insular.

El enfrentamiento entre estas dos figuras clave podría tener repercusiones significativas para el PP en Lanzarote. Por un lado, la consolidación de Medina como líder emergente podría revitalizar al partido y fortalecer su posición frente a otros competidores. Por otro, las divisiones internas y las campañas de desprestigio podrían erosionar la cohesión y la imagen pública del PP, debilitando su posición en la isla.

Además, la dirección regional del PP en Canarias, liderada por Manuel Domínguez, podría verse obligada a intervenir para resolver el conflicto y garantizar la estabilidad del partido. Este desafío requerirá un equilibrio delicado entre apoyar a los líderes locales y mantener la unidad regional.

Un futuro incierto.

Mientras tanto, Medina sigue enfocado en su labor como vicepresidente del Cabildo, enfrentando no solo los retos de la gestión pública, sino también una campaña de descrédito que pone a prueba su resistencia política.

Por su parte, Astrid Pérez deberá decidir si continúa con una estrategia que podría ser percibida como un intento de eliminar a un rival político o si busca una vía de reconciliación que fortalezca al PP de cara al futuro.

El desenlace de esta disputa definirá no solo el liderazgo del PP en Lanzarote, sino también su capacidad para afrontar los desafíos políticos de la isla en los próximos años.