Turismo, realidad y responsabilidad

Canarias, y en particular Tenerife, vive un momento clave en su relación con su principal motor económico: el turismo. Y lo digo con claridad, sin eufemismos ni rodeos: nos guste o no, somos una economía que depende en un 99% de la actividad turística directa e indirectamente. Negarlo es cerrar los ojos a la realidad.

En los últimos tiempos hemos sido testigos de un discurso creciente, alimentado por ciertos sectores, que apunta al visitante como culpable de muchos de nuestros problemas estructurales. Es lo que ya se ha dado en llamar turismofobia, una corriente que, lejos de construir soluciones, criminaliza a quienes nos visitan y a una industria que, con todos sus defectos, sostiene nuestro empleo, nuestros servicios y buena parte del bienestar que aún podemos conservar.

Es legítimo y además necesario exigir un turismo más sostenible, mejor planificado, más respetuoso con nuestro territorio y nuestras comunidades. Pero es inaceptable que algunos lo utilicen como plataforma para el enfrentamiento social o como excusa para desviar la atención de los verdaderos responsables de nuestras carencias: la falta de políticas valientes, coordinadas y eficaces por parte de las administraciones públicas.

La vivienda, una asignatura pendiente

Uno de los grandes dramas que sufrimos es el de la vivienda, especialmente en zonas turísticas. Trabajadores esenciales, jóvenes y familias enteras no pueden acceder a un hogar digno mientras se dispara el precio del alquiler. Pero la culpa no es del turista ni del pequeño propietario, sino de una falta estructural de planificación y promoción pública de vivienda desde hace décadas. No podemos seguir cargando todas las tintas sobre los propietarios de inmuebles, que también padecen inseguridad jurídica y fiscal.

Aquí, todas las administraciones ayuntamientos, cabildos y Gobierno de Canarias tienen la obligación moral y legal de actuar ya. Con proyectos reales, con inversión, con incentivos al alquiler residencial, con vivienda protegida y no con discursos vacíos.

Infraestructura y servicios a la altura del destino

A esto se suma otro problema cada vez más evidente: la pérdida de competitividad de nuestro destino turístico. Nuestros aeropuertos, claves en un territorio insular, siguen acumulando déficits operativos y de calidad de servicio. Las zonas comunes de nuestros municipios turísticos están cada vez más sucias, deterioradas y mal mantenidas. Y la seguridad ciudadana, otro valor intangible del turismo, comienza a verse afectada.

No podemos pretender seguir atrayendo al turismo de calidad si no somos capaces de ofrecer una experiencia de calidad desde que el viajero aterriza hasta que se va.

Construir, no destruir

No podemos seguir empujando un relato que enfrenta a residentes con visitantes, a empresarios con trabajadores, a propietarios con inquilinos. Esa fórmula no sólo es injusta: es suicida para una región como la nuestra. Canarias debe avanzar hacia un modelo turístico más equilibrado, más distribuido en el territorio, más respetuoso con el medio ambiente y más conectado con la economía local, pero sin destruir lo que durante décadas hemos construido con esfuerzo colectivo.

La sostenibilidad no es solo medioambiental, es también económica y social. Defender el turismo no significa ser acrítico; significa ser consciente de nuestra realidad y apostar por una transformación con sentido común, con diálogo, y con una visión a largo plazo.

Una oportunidad en vez de un conflicto

Canarias tiene la oportunidad de liderar un modelo turístico renovado, inteligente, adaptado a los tiempos que corren. Pero para lograrlo no podemos permitir que el ruido y el populismo marquen el paso. Lo que necesitamos es rigor, compromiso, planificación y, sobre todo, unión. Porque ni el empresario turístico, ni el trabajador, ni el vecino, ni el turista sobran. Todos formamos parte de esta tierra y de su futuro.

Y como siempre he defendido desde cada una de mis responsabilidades, el futuro de Canarias se construye sumando, no dividiendo.

(*) Presidente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias, presidente del partido Fuerza Canaria, empresario turístico y asesor internacional de países africanos