
Momentos de reflexión
Aprovechen los que sean jóvenes para poder disfrutar de la vida en todo su contexto; siempre y cuando la salud se lo permita. Juventud sólo se tiene una vez en la vida, donde puedes saltar, correr, bailar, jugar y viajar con calidad de vida. Una vez concluida esa parte de juventud, habrá que ir pensando en otras cosas, especialmente cuando ya has cumplido los 70 años. Una edad que te obliga llevar a la reflexión de cómo será tu vida a partir de ese momento. Muchas personas piensan que los hijos se harán cargo de los últimos años de tu vida. Nada más lejos de la realidad. Los hijos, al igual que nosotros cuando fuimos jóvenes, tienen sus propios caminos, objetivos y responsabilidades.
No podemos ser egoístas con ellos, pues las leyes de la vida así están estipuladas. La juventud es algo hermosa y la vejez es muy dura de llevar. Metido en los setenta nuestras cabezas no dejan de pensar: ¿qué será de mí ahora? ¿Será mejor meterme en un centro de mayores? ¿Intentaré valerme por mi mismo hasta que las fuerzas me acompañen? Lo cierto es que deseamos vivir mucho tiempo, pero cual es el precio por vivirlo.
Muchas personas piensan que la vejez es algo hermosa, divina y cautivadora. Personalmente, tengo que estar agradecido por llegar a la edad que tengo (72), oportunidad que la vida me ha dado y que otras muchas personas no han podido llegar. Reconozco que mi vida ha perdido ese elixir mágico que en otra época tuve siendo joven. Ahora pienso de otra manera, posiblemente con más miedos que en épocas de antaño.
La soledad no es una buena amiga ni consejera. Los miedos van haciendo mella en tu forma de ver y comprender la vida; sobre todo cuando vas llegando al trampolín de tu último salto en la vida. Bueno, también es cierto que hay día que la moral no esta por todo lo alto que yo quisiera, y, es por ello que me pongo a escribir de esta manera.
Por último, no es cuestión de examinarme para ver donde he acertado y donde me he equivocado. Somos humanos y nos asiste el derecho de equivocarnos y acertar cuando decidimos tomar decisiones que van asociadas a la vida. Intentaré vivir lo mejor posible dentro de un presupuesto económico de jubilado y de mi estado de salud. Los años van pasando y las normas o leyes van cambiando. Ya veremos si dentro de unos años la Ley de Dependencia es niña o niño.
(*) Articulista, escritor, periodista y amigo