
Canarias Come Papas Con Sangre
Sabemos perfectamente que el título es morboso y llamativo, pero se ajusta como un guante a la situación del mercado de la papa en nuestras islas. Mientras los agricultores acumulan casi ochenta millones de kilos en sus almacenes sin poder venderlos, las grandes cadenas de alimentación como Lidl o Hiperdino inundan Canarias con papas de origen israelí, regadas con la sangre del pueblo palestino. El agricultor canario solo pide un precio justo que le permita subsistir. DIPACAN, COPACAN, Hiperdino y Lidl, entre otros, se lo impiden. No compran porque quieren reventar el precio del agricultor e importan papas de Israel. Antes las papas venían del Reino Unido y luego de Egipto. Ahora llegan del Estado que destruye Gaza, matando de hambre a mujeres, hombres y, sobre todo, niños y niñas. La masacre sionista se financia desde Canarias. Comemos papas con sangre.
Desde 2013 se ha perdido el 40% de la tierra cultivable dedicada a la papa. La producción ha caído un 25%. Después vendrán Clavijo y sus acólitos hablando de la cesta de la compra, del campo canario, etc. Ya verán cómo el Día de Canarias, en la inauguración de cualquier feria agrícola o en el arranque de fiestas populares, el mentado presidente hablará de tradiciones, identidad y de la importancia del campo canario. Mientras tanto, los agricultores, traicionados por un gobierno que se reclama nacionalista, seguirán abandonando poco a poco sus tierras para trabajar en el turismo o emigrar. El gobierno de Coalición Canaria y el Partido Popular no harán nada por impedir ese abandono, ni por garantizar un precio justo, ni por frenar la entrada de papas israelíes regadas con sangre y vísceras palestinas en nuestro mercado.
La papa canaria se le paga al campesino entre 0,31 y 0,81 euros por kilo, menos de un euro, y la comprarán los consumidores entre 3 y 4 euros el kilo, por ser papas del país. Los Hermanos Domínguez, DIPACAN, COPACAN y Lidl quieren que el campesino baje más sus precios, así los reducirán al hambre y la miseria, mientras compran papas de la potencia asesina que es Israel.
El propio consejero de Agricultura del gobierno clavijero ha dicho que la papa israelí tiene productos fitosanitarios perjudiciales para la salud. ¿Por qué permiten entonces que llegue a nuestras mesas? Por justicia para proteger nuestra agricultura, por justicia para protestar por el pueblo palestino o por nuestra salud, el gobierno canario debería desde hace tiempo intervenir en dos sentidos: primero, prohibiendo la entrada de papa extranjera hasta que no se haya vendido la cosecha de las islas; y segundo, prohibiendo la entrada específica de la papa israelí por los motivos señalados.
El pueblo canario debe reaccionar boicoteando la compra de esa papa sangrienta. Debemos no comprarla haciendo uso de la compra responsable, en este caso doblemente responsable, de cara a nuestros agricultores y por el pueblo palestino. Incluso, deberíamos ir más lejos y negarnos a comprar cualquier producto en Hiperdino o Lidl hasta que sus propietarios se rehúsen a seguir comprando productos israelíes. El boicot, la huelga de consumidores, es el arma que tenemos la ciudadanía ante los crímenes del comercio. Boicot a la papa israelí y a quienes la comercializan.
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