¿Robar un barco pesquero en un puerto marroquí es un acto de piratería?

Hace apenas unos días, catorce ciudadanos marroquíes, 13 adultos y un menor, robaron un barco pesquero en un puerto de su país y lograron llegar a Lanzarote, Islas Canarias. Una vez en territorio español, solicitaron asilo político y, para sorpresa de muchos, han quedado en libertad sin cargos. No se les ha considerado ni inmigrantes ilegales ni piratas. ¿Estamos ante un nuevo modelo de inmigración ilegal sin consecuencias legales?

1.    Ver enlace de la noticia del apresamiento:

https://www.bing.com/search?PC=K413&FORM=K413DF&q=Roban+un+barco+marroqu+y+llegan+a+Lanzarote

2.    Ver enlace de la noticia del fallo:

https://www.diariodelanzarote.com/noticia/los-ocupantes-del-pesquero-marroqu%C3%AD-robado-que-lleg%C3%B3-arrecife-en-libertad-al-no-tramitarse

¿Piratería? No, según la ley

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), firmada por más de 160 países, define la piratería de forma muy concreta: debe ocurrir en alta mar, entre dos buques distintos y con fines privados. El robo de una embarcación dentro de las aguas territoriales de Marruecos, aunque violento, no se considera piratería internacional. Es decir, jurídicamente, estos individuos no son piratas.

Y porque el delito ocurrió en otro país, España no tiene jurisdicción para juzgarlos por el robo. A menos que Marruecos solicite formalmente su extradición o emita órdenes internacionales, los autores del robo quedan fuera del alcance de la justicia española. Mientras tanto, el barco robado es solo una anécdota flotando entre dos sistemas legales que no se tocan.

¿Inmigrantes ilegales? Tampoco

Al pisar suelo español y pedir asilo, estos individuos activaron el marco de protección que ofrece el derecho internacional. Según la Convención de Ginebra de 1951, toda persona tiene derecho a solicitar asilo si alega persecución en su país. Durante el proceso de estudio de su caso, no pueden ser deportados ni considerados ilegales por los vacíos legales habidos.

La consecuencia práctica: robaron un barco, cruzaron el mar, entraron en un país de forma irregular… y hoy están libres. Esto no solo genera incredulidad, sino también una pregunta clave: ¿qué mensaje estamos enviando al permitir que un acto así quede impune?

El efecto llamada: un riesgo real

Lo que debería ser una excepción puede convertirse en tendencia. En un contexto de desesperación migratoria, donde los medios para llegar a Europa son cada vez más peligrosos, robar embarcaciones en las costas africanas puede parecer una opción viable. Si no hay consecuencias legales claras, el mensaje es evidente: “Hazlo, que no pasa nada”.

Y esto tiene implicaciones graves:

  • Aumentará la inseguridad en los puertos pesqueros del norte de África.

  • Se pondrá en peligro a más personas en el mar.

  • Se tensarán aún más las ya frágiles relaciones entre países emisores y receptores.

  • Y lo más importante: se desprestigia el propio sistema de asilo, que debe proteger a quienes realmente huyen de la persecución, no a quienes se saltan la ley como primer acto de “refugio”.

Necesitamos una respuesta clara

No se trata de criminalizar la inmigración, ni mucho menos el derecho al asilo. Se trata de que el sistema legal no sea vulnerable a abusos tan evidentes. España y Marruecos deben reforzar sus acuerdos bilaterales para devolver embarcaciones robadas, investigar los casos con más rigor y, cuando haya indicios de fraude, rechazar la solicitud de asilo.

No debemos ni podemos permitir que la vía de robos de barcos pesqueros en la costa o mar de África se convierta en un nuevo sistema migratorio hacia Canarias ni hacia territorio de la UE.

Nota. También lo que alegaron en su favor los 14 ladrones de que ninguno fue patrón del barco robado, es un embuste, porque los patrones fueron todos ellos que se turnaban el manejo del barco durante la travesía poniendo en peligro la vida de todos abordo.

Final: Que hacemos con este ejemplo: Si alguien roba un coche para cruzar una frontera, ¿también lo liberamos sin cargos si pide asilo al llegar? Pues lo mismo debería aplicarse a los mares. El mar no es tierra de nadie.

(*) Articulista. Experto en hidrocarburos