Las cooperativas: un modelo económico para un futuro sostenible y humano

El próximo 5 de julio celebramos el Día Internacional de las Cooperativas, una fecha promovida desde hace décadas por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y respaldada por Naciones Unidas, que cobra especial relevancia al coincidir con la conmemoración del Año Internacional de las Cooperativas en 2025. No es un simple acto conmemorativo, sino un reconocimiento necesario a uno de los movimientos socioeconómicos más sólidos y transformadores de la economía mundial, que ha demostrado que es posible crecer de forma sostenible, inclusiva y con valores. Las cooperativas constituyen hoy un fenómeno global de primer orden, que aporta cifras contundentes y un modelo empresarial alternativo que ha sabido combinar competitividad con respeto a las personas, al territorio y al medio ambiente.

Las cifras hablan por sí solas. Existen en el mundo más de tres millones de cooperativas que generan empleo directo o indirecto a unos 280 millones de personas, aproximadamente el 10% de la población activa mundial. Solo las 300 cooperativas más grandes del planeta alcanzan juntas un volumen de negocio superior a los 2,4 billones de dólares anuales. Estas cifras sitúan al cooperativismo como un actor económico global al nivel de los grandes grupos empresariales internacionales, pero con una diferencia sustancial: su propósito no es el lucro individual, sino la mejora colectiva, el beneficio compartido y la creación de riqueza arraigada en el territorio. Cooperativas hay en todos los sectores productivos, pero destacan especialmente en áreas estratégicas como la agricultura, la alimentación, la industria, las finanzas éticas, la vivienda, la distribución o los servicios sociales. Y no es casualidad que sean los países más avanzados como Estados Unidos, Francia, Italia Canadá, Alemania, Países Escandinavos, España y Japón estén a la cabeza en número de cooperativas. La clave está en que el cooperativismo es un modelo económico que equilibra eficiencia con humanidad, mercado con compromiso, resultados con valores. Frente a un contexto mundial marcado por desafíos como la crisis climática, las desigualdades sociales o la transformación digital, las cooperativas se han revelado como empresas resilientes, competitivas y profundamente vinculadas a las necesidades reales de sus comunidades.

En el caso de España, el cooperativismo también tiene un peso relevante dentro del tejido productivo nacional. Existen más de 18.000 cooperativas que generan alrededor de 1,2 millones de empleos, muchos de ellos de carácter estable y de calidad. La implantación territorial es desigual, siendo las comunidades autónomas más desarrolladas, como Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco, las que concentran un mayor número de cooperativas. Sectores como la agroindustria, las energías renovables, los cuidados a personas o las finanzas cooperativas representan ejemplos claros de liderazgo.

En Canarias, la economía social y cooperativa vive un momento de consolidación gracias al impulso conjunto de instituciones públicas, universidades y un creciente tejido empresarial comprometido con los valores de la cooperación. Las leyes autonómicas específicas en materia de economía social y cooperativismo han proporcionado el marco normativo adecuado para favorecer su crecimiento. Además, las dos universidades públicas canarias, la Universidad de La Laguna (ULL) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), cuentan con sendas cátedras de economía social que constituyen focos activos de investigación, formación y promoción del cooperativismo. Estas cátedras no solo generan conocimiento académico, sino que trasladan propuestas, experiencias y soluciones al entorno empresarial y social de las islas. La publicación del Libro Blanco de la Economía Social de Canarias, es un ejemplo de ello. Por su parte, el Gobierno de Canarias mediante el Servicio Canario de Empleo ha desplegado en los últimos años estrategias específicas de impulso al ecosistema de economía social, favoreciendo el emprendimiento colectivo, la innovación cooperativa y el fortalecimiento institucional de las entidades del sector.

Canarias cuenta con un tejido cooperativo cada vez más diverso que abarca desde el sector primario hasta las energías limpias, el crédito, y los servicios sociales hasta proyectos de innovación digital con forma cooperativa. Representan una forma de hacer empresa que pone a las personas en el centro, favorece el arraigo territorial y contribuye a un modelo económico que genera prosperidad de forma equilibrada. Frente a los retos que enfrenta nuestro archipiélago, como la diversificación económica o el empleo juvenil, el cooperativismo se presenta como una herramienta útil, moderna y con gran potencial para liderar un desarrollo económico más justo y sostenible. Celebrar este Día Internacional de las Cooperativas es, por tanto, mucho más que una efeméride. Es reivindicar un modelo empresarial que demuestra día tras día que se puede competir, que se puede generar riqueza sin renunciar a la equidad, que se puede crecer cuidando el entorno y mejorando la vida de las personas. Canarias, con sus recursos, su talento y sus instituciones, tiene ante sí una oportunidad magnífica para consolidar un modelo de desarrollo cooperativo que contribuya al bienestar común y al progreso sostenible de nuestro territorio.

(*) Director de la Cátedra Cajasiete de Economía Social y Cooperativa, Universidad de La Laguna