
¿Cuánto vale un trabajador?
En 2024 se produjeron en España 796 accidentes laborales mortales, 7 de ellos en Canarias. De enero a junio de este año, si comparamos con el mismo período del 2024, la cosa no ha mejorado mucho, más bien a peor. En todo el estado se ha pasado de 299 accidentes mortales a 277. En Canarias ya vamos por 9. El comentario viene al caso pues hace poco se produjo un accidente en el tranvía de Tenerife que obligó a suspender el servicio. Un trabajador resultó electrocutado, con quemaduras de hasta un 35%. Y aun así debe estar agradecido pues pudo perder la vida y engrosar la siniestra estadística.
Lo más indignante es que los trabajadores del tranvía de Tenerife han denunciado que la compañía suspendió los cursos de seguridad en el trabajo vinculados a la electricidad. Un curso básico en esta materia oscila, según las horas impartidas, entre los 35 euros y los 69 euros, (el de 60 horas). Pero muchos de ellos están subvencionados por el gobierno estatal con lo que el costo disminuye notablemente; los hay hasta gratuitos. Según datos de la propia empresa, esta cuenta con 153 trabajadores entre operarios y personal de mantenimiento. Son precisamente estos últimos los que están en contacto directo con las líneas eléctricas. Impartir un curso de 35€ hubiese supuesto un gasto de 5.355€ y si fuesen a tirar la casa por la ventana, concepto que en seguridad laboral es inexistente, hubiesen sido 10.557€. No creo que la empresa, propiedad al cien por cien del Cabildo de Tenerife, se hubiese ido a la ruina por esa cantidad, máxime cuando estos cursos son subvencionados.
Entonces, ¿por qué se suprimen los cursos de seguridad en el trabajo? En la página de la compañía se presume de tener una política de seguridad laboral, entre otras políticas de las que solo se pone una declaración, por cierto. Siendo la empresa propiedad del Cabildo, es decir, enfocada más a prestar un servicio público de transporte sostenible, que a la búsqueda de beneficios, no se entiende la supresión de los cursos que denuncian los trabajadores. Y si la razón no es económica solo puede comprenderse que dicha suspensión de cursos obedece más a la ideología de desprecio de la vida de los trabajadores que a otra cosa. Gente para trabajar hay montones en el paro, si alguno se muere ya cogeremos a otro, parece ser la idea que emana desde la dirección de la empresa, que no olvidemos que tiene como presidenta a la misma presidenta del Cabildo.
Un Cabildo de Tenerife con un presupuesto histórico para el 2025, mil ciento veinte y siete millones de euros. ¿No hay cursos de seguridad? ¿Es que el dinero de estos cursos va destinado a algún amigote? ¿No hay ningún amigote con una empresa que pueda impartir esos cursos? El tranvía mueve cerca de 25 millones de personas al año. Si dividimos esa cifra por los operarios y personal de servicio sale unos 163.000 pasajeros por empleado. ¿No hay rentabilidad para pagar esos cursos? Quizás el Cabildo espera que se produzca un accidente mortal y usar ese accidente como excusa para privatizar la gestión del servicio aunque siga haciéndose con dinero público.
No entendemos la absurda y peligrosa decisión de no impartir los cursos de seguridad referentes a operar con electricidad en el tranvía de Tenerife. Sólo podemos intuir que es una decisión ideológica en la que pesa más ahorrar dinero que la seguridad y la vida de los trabajadores. ¿Cuánto cuesta un trabajador? Parece que para Rosa Dávila y sus muchachos es menos de 65 euros.
(*) Articulista