Reflexiones sobre el lenguaje no sexista

En los últimos años, y a partir de la aprobación de la Ley Orgánica 3/207 de 22 de marzo, para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, no han dejado de circular guías del lenguaje no sexista o con denominación similar. Estas “guías”, impulsadas de manera especial por determinados colectivos, lo que consiguen es crear un cacao mental de tal magnitud en muchos usuarios, que llegan a pensar que son prescripciones. De prescripciones no tienen nada, ya que la institución que se encarga de prescribir gramaticalmente es la Real Academia Española de la Lengua.

Para la elaboración de las famosas “guías” no se pidió consejo a ningún lingüista. Dichos textos se justifican por una discriminación inexistente. Algunos ven discriminaciones donde no las hay, lo mismo que Don Quijote veía gigantes donde había molinos. Ejemplo de este delirio lingüístico sería, por ejemplo, la expresión “El hombre es un animal social”. En esta oración la palabra “hombre” se refiere a varón y hembra, al ser humano en general. Es un sustantivo genérico que procede del latín ‘hominem’ (ser humano). Lo mismo ocurre con los plurales genéricos como ‘alumnos’ y ‘profesores’, que  se refieren a ambos sexos.

¿Cómo pretenden solucionar las mencionadas ‘guías’ esta presunta discriminación? Cargándose el principio de la economía lingüística, de manera que es frecuente encontrar en muchos formularios escolares ‘alumnos y alumnas’, ‘padres y madres’, demás de convertir en ilegibles algunos textos con la inserción de barras oblicuas (/) y arrobas(@) como en alumnos/as, alumn@s.

La conclusión que podemos extraer de todo esto es que, con la intención de eliminar una ficticia discriminación en determinados usos lingüísticos y con la finalidad de dotar a las construcciones gramaticales de un aire “progre”, se infringe un daño considerable a la propia lengua. Las prescripciones y recomendaciones válidas son las de la Real Academia Española de la Lengua en su Nueva gramática de la lengua española (2009-2011) y la Ortografía de la lengua española (2010).

(*) Licenciado en Filología Hispánica