Unanimidad política en Gipuzkoa para asumir una tasa de residuos en masa de 204 euros/t (y en Tenerife peleados por no querer subir de 41 euros)
Podemos seguir como hasta ahora, no pasa nada, levantando pirámides escalonadas en Arico, allí hay solares para echar basura otros 50 años más sin problema (bueno para el entorno obviamente el tema es catastrófico pero a ver a quién ha importado eso aquí en los últimos 40 años), o adoptar una actitud responsable y plantarle cara al tema como ha hecho Gipuzkoa que, curiosamente, elaboró un plan de residuos en el que el PTEOR de Tenerife (aprobado por la unanimidad del Cabildo en 2009 pero q se pasaron por el arco del triunfo) no sólo se inspiró bastante sino que se trabajó hasta con la misma consultora. Tenía su lógica, territorio parecido en número de habitantes y demás.
¿Qué ha pasado entonces para que allí se esté hablando de un 60% de reciclaje y aquí, aunque esa información siempre es medio misteriosa, por nuestros números probablemente no pasemos ni del 15%? Concretamente, en el asunto envases, según el PTEOR y las caracterizaciones oficiales del Gobierno de Canarias los envases ligeros representan más del 20% de los residuos urbanos y, aunque Ecoembes no reconoce sino el 13 o 14%, lo cierto que las 12-13 mil toneladas de envases que se recogen de manera separada todos los años, descontemos el 20-25% de rechazo, la realidad es que lo recogido selectivamente apenas representa el 2,3% del volumen total de residuos. Que no son cantidades despreciables, pero casi.
Cada vez que escuchas a un político o técnico hablando del modelo PIRS, del año 1984 y del que según ellos vinieron a copiarse de todas partes del mundo mundial, saltan con la cantinela de los 300 vertederos ilegales y las combustiones y tal y sí, quien quita que aquello hace 40 años tuviera su sentido porque veníamos de echar basura al mar (Lazareto) o enterrarla de cualquier manera en el valioso acuífero (a día de hoy nos sigue solucionando bastante) de La Laguna, amén del volcado directo a decenas de barrancos sin más.
Pero es que cuatro décadas después lo que ha prevalecido básicamente es el concepto de patio trasero al que se puede mandar de cualquier manera todo aquello que no queremos, la basura como tal y no como recurso. Y entre medias un plan de residuos (PTEOR de 2009) que aprobó la unanimidad del pleno del Cabildo para no hacerle ni caso, fundamentalmente cuando llegó Valbuena en 2015 y saltó con una historia de nuevo modelo de residuos cero que iba a acabar con el vertido en una década y lo que ha traído, precisamente casi una década después, es más caos y más descontrol que nunca. Y peores resultados en reciclaje, como nunca llegamos ni a imaginarnos.
PSE-EE, EH-Bildu y PNV a la vista de los resultados que están obteniendo y ante la necesidad de seguir por ese camino siguen atacando a las tasas del vertido o incineración en masa (lo que echamos al gris sin separar) con tasas de 204 euros/t cuando aquí la armaron en 2022 ante el intento de subir de 41 a 47 euros/t. Nada de eso, mejor seguir dando la espalda al problema y a lo que nos exige la normativa estatal y comunitaria y poner de los recursos del Cabildo el impuesto disuasorio de 40 euros/tonelada para que nadie se queje, que en 2025 cuando se acabe la moratoria ya veremos qué pasa.
Gipuzkoa pagando más de 200 euros por tonelada pagará menos que Tenerife con 80, basicacmente porque reciclan o recuperan 4 veces más que nosotros, así de sencillo (y de dramático).