
Silencio sepulcral en Tenerife sobre los grandes damnificados del Anillo Insular de Carreteras
El anillo insular de carreteras de la isla de Tenerife -modelo más o menos autopista- no está terminado ni mucho menos y, pese a que Carlos Alonso está desviando dinero de todas partes para la obra aún sin ser competencia del Cabildo, los retrasos se acumulan y sólo los tramos Icod-El Tanque y Santiago del Teide-Guía de Isora en su límite con Adeje están en funcionamiento.
Vamos, que en realidad es pronto para saber cuál va a ser el efecto económico sobre determinadas zonas que hasta ahora vivían en buena medida del tráfico de vehículos que mantenía el negocio no sólo de gasolineras varias sino de restaurantes, ferreterías, farmacias... Ahora bien, con los tramos abiertos ya se detectan efectos demoledores en núcleos como Arguayo, la zona de los miradores sobre Garachico o Las Canales entre otras muchas donde se habla de pérdidas superiores al 50% que se suman a las ya de por sí complicadas consecuencias de la crisis.
Y es curioso, y lamentable al mismo tiempo, que desde el Cabildo de Tenerife que tantos millones de euros ha invertido en revitalizar sin éxito alguno la zona comercial del Tranvía (comerciantes a los que se les vendió la moto de que el tranvía iba a revalorizarles sus negocios hasta el infinito y más allá), no se haya previsto ninguna actuación encaminada a buscar una salida a estas decenas de negocios, algunos de ellos importantes desde el punto de vista de la actividad turística como centros de distribución de artesanía y demás, que se han quedado aislados y ven peligrar su supervivencia a corto plazo. No les digo nada tampoco lo triste que resulta ver a una oposición política en ese Cabildo de vacaciones todavía y en una clara 'pasividad en la brega' que a muchos nos desconcierta bastante.
Pero lo visto hasta ahora no es nada con lo que se avecina. Parecen ignorar, o preferir ignorar, núcleos comercialmente importantes como el casco de Guía de Isora o el propio Santiago del Teide las consecuencias que para sus economías puede traer consigo no sólo la conclusión del anillo de autopistas (que eso es sólo una parte del plan) sino el desarrollo de grandes centros comerciales como el que tiene previsto Ambrosio Jiménez en las proximidades de Las Torres en Adeje. En 10 minutos o un cuarto de hora cualquier vecino de Santiago del Teide o de Guía (núcleos por los que ya no pasará el tráfico de circunvalación a la Isla) podrá plantarse a consumir ocio y comercio en la mayor superficie comercial de Canarias a la que, como ya ha ocurrido en La Orotava o en Las Chumberas, les habremos acercado la clientela con las perritas de todos nosotros.
Y sí, es verdad, claro que se adelanta tiempo por las nuevas vías de un impacto territorial tremendo, pero no menos claro y evidente es que todo esto traerá consigo el abandono definitivo y la no mejora para unas vías, las de siempre, donde no se rectifica una curva desde hace décadas (probablemente desde el Franquismo en la mayoría de los casos incluso en tramos peligrosísimos como el de Guía a Chío otro núcleo gravemente afectado por el aislamiento) siendo éstas, sin embargo, vías fundamentales que se tendrán que seguir utilizando. ¿Y qué hubiera ocurrido si, en la medida de lo posible, el anillo insular se hubiera basado en mejorar lo que hay con los puentes, túneles y rectificaciones de trazado necesarios? Pues sí, probablemente llegaríamos 5 o 10 minutos más tarde, que básicamente representa levantarse 5 o 10 mintuos antes, pero hoy en día no estaríamos hablando de vías en estado de abandono y núcleos importantes a los que se les está viendo languidecer por momentos sin que la cosa sea todavía significativa respecto a la que se nos viene encima una vez concluida la obra.