Guía práctica para la reparación de piscinas en las islas

Ignorar una pérdida de agua nunca es buena idea

ELDIGITALDECANARIAS.NET/Madrid

Tener piscina en casa, sobre todo en una isla de Canarias o Baleares, es un lujo que muchos disfrutan en verano. Pero también supone una responsabilidad: mantenerla limpia, en buen estado y con todos sus sistemas funcionando. Uno de los problemas más molestos es darse cuenta de que el nivel del agua baja demasiado rápido sin que haya evaporación que lo justifique. Es entonces cuando aparece la palabra que nadie quiere escuchar: fugas. Detectarlas y solucionarlas a tiempo es fundamental, y por eso la reparación de piscinas es un servicio que no puede dejarse de lado.

Cómo saber si realmente hay un problema

No siempre que el agua baja significa que existe una fuga. En pleno agosto, con altas temperaturas y sol constante, la evaporación puede llegar a ser considerable. Sin embargo, cuando la pérdida supera varios centímetros en pocos días, conviene sospechar. Un método casero muy simple es llenar un cubo de agua y colocarlo dentro de la piscina, apoyado en uno de los escalones. Si tras 24 horas el nivel del cubo y el de la piscina han bajado igual, se debe a evaporación. Pero si el nivel de la piscina ha descendido más que el del cubo, entonces lo más probable es que exista una fuga.

Las fugas pueden tener distintas causas. A veces se trata de pequeñas grietas en el vaso de la piscina, otras veces el problema está en las juntas de los skimmers o en las conducciones de agua. También es posible que el origen esté en el propio sistema de filtrado, con tuberías que pierden por desgaste. En cualquiera de estos casos, localizar el punto exacto requiere experiencia y herramientas específicas, algo que va más allá de lo que puede hacer un propietario con métodos caseros.

La importancia de actuar rápido

Ignorar una pérdida de agua nunca es buena idea. En primer lugar, porque supone un gasto constante: rellenar la piscina día tras día dispara la factura del agua. Además, la fuga puede ir a más, erosionando materiales y generando daños adicionales en el entorno. No es raro que una pérdida prolongada acabe afectando al terreno que rodea la piscina, provocando hundimientos o grietas más serias. En las islas, donde el consumo de agua debe cuidarse especialmente, dejar escapar miles de litros sin control es un desperdicio difícil de justificar.

Por eso, en cuanto hay sospechas de que algo no va bien, lo recomendable es contactar con profesionales de la reparación. Ellos cuentan con equipos que permiten detectar fugas sin necesidad de vaciar la piscina por completo, utilizando desde colorantes especiales hasta sistemas de escucha subacuática. De este modo, no solo se ahorra tiempo, también se evita un vaciado que podría dañar el revestimiento o generar otros problemas.

Por sus características únicas, en las islas hay miles de viviendas con piscina, los casos de fugas en piscinas Mallorca o Canarias son más comunes de lo que se piensa. El clima, con veranos intensos y un uso muy frecuente, acelera el desgaste de los materiales. A eso se suma que muchas casas se alquilan a turistas y el mantenimiento no siempre es el más adecuado. El resultado es que aparecen pequeñas averías que, si no se tratan a tiempo, se convierten en un quebradero de cabeza mayor.

Cómo se aborda una reparación

Una vez localizada la fuga, el siguiente paso es planificar la reparación adecuada. Si se trata de una junta dañada, la solución puede ser tan simple como sustituirla. En el caso de grietas pequeñas, se pueden sellar con productos específicos que aguantan la presión y el contacto constante con el agua. Cuando el problema está en tuberías enterradas, la cosa se complica un poco más, pero existen técnicas que permiten arreglarlas sin necesidad de levantar todo el suelo del jardín. La clave está en utilizar materiales de calidad que resistan al paso del tiempo y no limitarse a un “arreglo rápido” que vuelva a fallar al poco tiempo.

Después de una reparación, es recomendable hacer un seguimiento del nivel de agua durante varias semanas. Así se confirma que el trabajo ha sido eficaz y que no existen otras pérdidas ocultas. También conviene aprovechar para revisar otros elementos de la piscina: skimmers, focos, rejillas de fondo y conexiones del sistema de filtrado. Muchas veces, un mantenimiento preventivo evita problemas futuros que resultan más caros y molestos de solucionar.

En las islas, la temporada de baño es larga e incluso dura todo el año, y una piscina en mal estado puede arruinar gran parte de su disfrute. Por eso, quienes tienen una vivienda con piscina suelen invertir en revisiones periódicas antes de que llegue el calor. Al igual que se prepara la casa para el invierno, se prepara la piscina para el verano. Detectar a tiempo, reparar con garantía y mantener con constancia son los tres pasos básicos para disfrutar del agua sin preocupaciones.