Cristóbal Cano: “España necesita un relevo generacional ambicioso”
Tras ser elegido secretario general en el 11º Congreso Federal de UPA, Cristóbal Cano ya ha tomado el pulso a la organización, asistiendo a los sucesivos congresos regionales y multiplicando reuniones y contactos a todos los niveles
ELDIGITALDECANARIAS.NET/Madrid
Unas semanas después de ser elegido secretario general en el 11º Congreso Federal de UPA, Cristóbal Cano ya ha tomado el pulso a la organización, asistiendo a los sucesivos congresos regionales y multiplicando reuniones y contactos a todos los niveles. Como explica con detalle en esta entrevista, el objetivo es claro: aprovechar la fuerza de UPA para reforzar la coordinación y el trabajo en red de todas las Uniones Territoriales en la defensa transversal de la agricultura y la ganadería familiar, frente a la amenaza de otras formas de producción que se mueven de espaldas a la verdadera realidad del campo.
Para ello, Cristóbal Cano defiende medidas ambiciosas para el relevo generacional, la plena aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria y la aprobación urgente y por consenso de la Ley de Agricultura y Ganadería Familiar; además de exigir a la Unión Europea que apueste con firmeza por la soberanía alimentaria sobre la base social de los verdaderos profesionales del sector y que se abran nuevos mercados internacionales.
¿Cómo valoras el apoyo masivo de los delegados y delegadas en el Congreso a tu candidatura y el inicio de esta nueva etapa en tu trayectoria personal y en la de la organización?
Como no puede ser de otra manera, valoro con muchísima alegría y, a la vez, con muchísima responsabilidad que el 92% de los delegados y delegadas apoyaran una candidatura que mezcla renovación y experiencia. Una nueva comisión ejecutiva en la que me acompañan ocho hombres y ocho mujeres que representan fielmente la realidad del sector agrario de nuestro país, tanto territorial como sectorialmente, y que también dan cobertura, en la denominación de las diferentes áreas, a los principales retos que tenemos que afrontar como sector.
Personalmente, esta nueva etapa en mi trayectoria profesional es apasionante. Acceder a la secretaría general de UPA es el mayor honor y la mayor responsabilidad que un afiliado de la organización puede tener. Y, sobre todo, también siendo el relevo de dos referentes sindicales agrarios, como Fernando Moraleda y Lorenzo Ramos.
En el Congreso hubo momentos muy emotivos de homenaje a tu antecesor, Lorenzo Ramos y también fue destacada la presencia de Fernando Moraleda. Ahora, contigo al frente, UPA avanza un paso más en una historia que ya suma 40 años. ¿Cuál es tu visión sobre el crecimiento y consolidación de UPA como organización representativa de la agricultura familiar? ¿Y de su proyección hacia el futuro?
Estamos recibiendo muestras de cariño, de apoyo y también de alegría de mucha gente, tanto dentro como fuera de la organización. Y eso refuerza nuestro compromiso con el modelo mayoritario de agricultura y ganadería en nuestro país. La organización está en un momento muy positivo, con una gran unidad interna, que se vio reflejada en el Congreso federal, con muy buen ambiente de cordialidad, fraternidad e incluso familiar.
Esta realidad es el reflejo de quienes nos han precedido y del esfuerzo de todos los trabajadores, de los miembros de las diferentes ejecutivas a todos los niveles, federales, regionales, provinciales, comarcales, etcétera. Y tenemos que seguir creciendo.
Este debe ser el momento de la fortaleza, de la colaboración entre las diferentes organizaciones territoriales de UPA, coordinada desde UPA federal, para que la experiencia en unos territorios sirva de inspiración a otros y viceversa.
El objetivo es que trabajemos en red, que trabajemos en equipo, porque no hay posiciones diferentes entre unos territorios y otros, a pesar de la diversidad tanto agrícola y ganadera como de modelos de explotación que tenemos en nuestro país. Bajo el paraguas de UPA federal, de los posicionamientos y las directrices que discutimos y acordamos en la Comisión Ejecutiva Federal, en los Comités Federales, etc., se sustentan después las propuestas y reivindicaciones de todos los territorios.
En los debates e intervenciones del Congreso hubo referencias constantes a la necesidad de impulsar el relevo generacional en el campo ¿Crees que éste debe ser el objetivo prioritario de UPA en esta etapa? ¿Qué propuestas y medidas se van a plantear para avanzar en este reto?
Efectivamente, el relevo generacional es uno de los grandes retos que tenemos por delante. No en vano hemos creado una secretaría de área específica sobre relevo generacional, que también incluye digitalización; junto a otras áreas nuevas, como la de migración y empleo agrario o innovación y cambio climático.
España necesita un relevo generacional ambicioso y que abarque tanto ayudas directas al joven que se incorpora, como apoyos al agricultor jubilado o mayor que cede la explotación, porque en muchos casos la pensión que les queda es escasa y necesitan mantener su explotación para seguir subsistiendo. También es importante que los jóvenes tengan un acceso preferente a la tierra y al agua, porque para un joven que parta de cero es imposible incorporarse, por muchas ganas e ilusión que tenga. Son necesarios bancos públicos de tierra y de agua dirigidos a jóvenes, Y también es fundamental que en el medio rural haya servicios a la altura del siglo XXI, sanidad, educación, infraestructuras viarias y digitales…, que permitan desarrollar tu proyecto de vida y tu proyecto empresarial en este sector productivo, con garantías.
En el Congreso de UPA, el ministro de Agricultura anunció el inicio del proceso para poner en marcha la ley de Agricultura Familiar ¿Crees que se conseguirá finalmente una ley verdaderamente eficaz para proteger y favorecer al modelo mayoritario en España? ¿Cuáles van a ser las demandas fundamentales de UPA en este debate?
La Ley de Agricultura y Ganadería Familiar es una de las grandes demandas de UPA desde hace ya muchísimo tiempo. Vimos con ilusión cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura hizo una mención expresa a que a lo largo de esta legislatura se iba a aprobar esta ley y el ministro anunció el inicio de este trámite de exposición pública en nuestro Congreso.
Tenemos muchas expectativas y necesitamos que sea una ley realmente útil, valiente, ambiciosa, con resultados tangibles. Es verdad que hay una aritmética parlamentaria difícil para que el Gobierno legisle, pero en nuestra opinión esta Ley de Agricultura y Ganadería Familiar debería sacarse de la bronca política y ser una ley de amplios consensos y de gran apoyo. En resumen, las fuerzas políticas que no apoyen la Ley de Agricultura y Ganadería Familiar no apoyan al campo español.
Las demandas en esta ley son muy transversales. Estamos trabajando en varios documentos a nivel territorial y federal, para intentar mejorar su contenido. Cuestiones transversales que abarcan desde el reforzamiento del agricultor y ganadero en la cadena alimentaria, la Política Agraria Común, una nueva gobernanza y un nuevo reparto del agua, relevo generacional, visibilización de las mujeres rurales…, son cuestiones que deben discriminar positivamente a la agricultura y ganadería familiar y estar reflejadas en esta ley. También será imprescindible que tras la ley estatal se aprueben leyes similares en las comunidades autónomas, como las que ya existen en Castilla-La Mancha y Aragón.
¿Cómo valoras las últimas iniciativas de la Unión Europea en relación con la “Visión de la Agricultura”, la ya anunciada próxima reforma de la PAC, la necesidad de simplificar la burocracia, el equilibrio con los objetivos del Pacto Verde Europeo, entre otros grandes retos?
La visión de la agricultura y la alimentación para Europa que ha presentado el nuevo comisario nos suena muy bien. Es un documento que podríamos perfectamente haber redactado desde UPA, porque recoge gran parte de nuestras reivindicaciones. Ahora, lo importante es pasar de las palabras a los hechos.
Esta visión es el reflejo también del cambio que la Comisión Europea ha tenido en los últimos meses sobre nuestro sector, en buena parte motivado por las movilizaciones de los últimos años y que ha hecho reaccionar a la propia Unión Europea, porque no puede dejar de lado a un sector tan importante como el nuestro.
Y en cuanto al inestable e incierto escenario internacional, ¿Cómo debería responder la Unión Europea para garantizar la estabilidad y el progreso de los agricultores y ganaderos europeos ante las amenazas de Trump y las iniciativas erráticas que alteran el comercio internacional?
La Unión Europea se enfrenta a grandes retos, a una nueva realidad derivada de las dificultades geopolíticas por todas conocidas, con nuevas necesidades en defensa o en migraciones, pero en el primer nivel de atención deben estar la agricultura y la ganadería porque nadie puede asegurar que la soberanía alimentaria y la producción de alimentos para más de cuatrocientos millones de habitantes está asegurada en la Unión Europea.
La PAC, precisamente, se forjó para dotar de una garantía en la producción de alimentos después de la Segunda Guerra Mundial. Y eso tiene que seguir siendo así, ahora, más que nunca.
La Unión Europea tiene que ser beligerante y proteger a un sector como el nuestro de una forma decidida. La apuesta sobre una producción de alimentos basada en la calidad, la sostenibilidad, en el bienestar animal… En definitiva, la excelencia en la producción de alimentos en Europa no puede ser rebatida, no podemos dar ni un paso atrás en ese sentido, rechazando políticas negacionistas del cambio climático, negacionistas de todo tipo, porque eso aboca al fracaso.
También debemos abrir nuevas vías comerciales, enfocadas a zonas y países que valoren este diferencial frente a otras formas de producción mucho menos sostenibles. Nos referimos, por ejemplo, a países de Asia e India, a China, Japón, también Brasil, que es un mercado importante y con acuerdos como puede ser Mercosur, en el que debemos participar activamente en los últimos detalles, para que no pase como hasta ahora, que se haga con poca transparencia y sin una participación real del sector agrario en este o cualquier otro acuerdo comercial que tenga que abrirse.
En el análisis de la realidad de los diferentes sectores agrícolas y ganaderos en España ¿Cuáles crees que requieren ahora de una mayor atención? ¿Dónde están los problemas más acuciantes y que soluciones propone UPA?
En España se produce prácticamente cualquier producción que podamos imaginar. Lo importante es fortalecer la posición de los verdaderos agricultores y ganaderos en la cadena alimentaria. Sobre todo, ahora que muchos sectores están desembarcando otras formas de producir alimentos encabezadas por grandes corporaciones y fondos de inversión, que nada tienen que ver con el modelo de agricultura y ganadería familiar que defendemos en UPA, que es la mayoritaria y la que sustenta el medio rural.
Este es el gran problema transversal de cada sector, porque estas nuevas formas de producción, más allá de la competencia con la agricultura y ganadería familiar, producen de una forma mucho menos sostenible, esquilmando los recursos naturales con una forma de aplicación de insumos mucho más intensa.
Además, también esquilman los recursos económicos de la zona donde se asientan, porque la economía que generan no repercute directamente en el territorio, como sí lo hace la agricultura y ganadería familiar, porque la economía que se mueve en los pueblos es entre los vecinos y vecinas del medio rural donde estamos instalados y, además, somos mucho más fieles al campo. No nos vamos cuando vienen mal dadas, mientras que este tipo de corporaciones, en cuanto no les salen las cuentas, no dudan en recoger los bártulos, como se suele decir, e irse a otros sectores o a otros sitios más rentables.
¿La plena aplicación de la ley de Cadena Alimentaria sigue siendo todavía un objetivo pendiente? ¿Queda camino por recorrer para poder afirmar que tenemos precios justos y garantías legales de que se van a respetar?
La Ley de Cadena Alimentaria sigue siendo una de las principales reivindicaciones de UPA. Queda camino por recorrer y, a veces, nos encontramos con piedras en ese camino. Hemos conocido cómo desafortunadamente no se ha aprobado en el Congreso de los Diputados que la AICA se eleve a agencia estatal. Nos parece una absoluta irresponsabilidad y falta de compromiso con el campo el hecho de que no se refuerce el organismo que debe velar por que se cumpla la ley, para elevarlo a un rango de agencia estatal, que sería, por ejemplo, al mismo nivel que la agencia tributaria. Además, debe reforzarse con un observatorio de costes de producción en tiempo real y el papel de los contratos por escrito, que no puede saltarse ningún agente de la cadena alimentaria, ningún eslabón. Y eso tiene que seguir siendo así para que los precios sean justos y se construyan de abajo arriba y no de arriba abajo.
UPA siempre ha defendido que los tres ejes de su acción sindical son movilización, negociación y acuerdos, con Gobiernos de todos los colores ¿Así va a seguir siendo con el nuevo modelo de sindicalismo agrario que se inicia ahora? ¿Cómo se pueden reforzar estas estrategias para consolidar aún más la fuerza de UPA como la organización agraria del colectivo mayoritario del campo español?
Claro que sí, el modelo de UPA ha sido siempre el de la reivindicación de mejora, la movilización, la negociación y el cierre de acuerdos. Para eso trabaja el conjunto de la organización, desde el primer afiliado hasta su secretario general, a nivel federal. Las decenas de miles de agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, que conformamos UPA somos los ojos y la voz del campo en nuestro país y estamos siempre alerta, trabajando para el progreso de nuestro sector.
¿Cómo reforzar estas estrategias de cara al futuro? Evidentemente, estando atentos, encima de los problemas, pisando el terreno, siendo una herramienta útil y estando en vanguardia, tanto en las demandas sindicales como en la innovación, en proyectos de mejora para nuestro sector basados en la innovación, en la ciencia, y ahí vamos a seguir, reivindicando, movilizándonos, negociando y cerrando buenos acuerdos con todos los gobiernos, como siempre hemos hecho.

