Jéssica de León, retire la ley y dimita por favor

Eloy Cuadra (*)

Nada en lo personal contra usted, lo digo por lo de la dimisión, para evitar que se me  tache de hater o fanatizado, le deseo lo mejor en su vida en todos los aspectos, pero como Consejera de Turismo no lo está haciendo nada bien, en especial con el famoso anteproyecto de ley de ordenación sostenible del uso turístico de viviendas que pretende usted aprobar. Cómo ve sigo hablando claro, en mi anterior artículo daba cuenta de las repetidas burlas de la mencionada ley a la población canaria, y dado que usted no se va a dar por aludida, he decidido ser aún más directo y claro y pedirle dos cosas, o mejor tres: (1) que decrete una moratoria urgente e indefinida a las viviendas vacacionales en Canarias para evitar su proliferación continua, como de hecho le están pidiendo los cabildos de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, (2) que retire la nefasta ley, (3) y que dimita de su cargo por incapacidad manifiesta, por el caos total que ha supuesto su normativa estrella en el año y pico que llevan con ella, por el efecto llamada tan perjudicial que está generando, resultando que su ley va contra del derecho a la vivienda en lugar de a favor, y por las proyecciones aún peores que se vislumbran para el futuro. 

Y es que no tiene usted a favor del anteproyecto prácticamente a nadie. No tiene al lobby canario del vacacional, la asociación ASCAV, que incluso ha ido a hablar con su jefe en Madrid para que la llame a capítulo, tampoco tiene a los cabildos, ni a los ayuntamientos, ni a los colectivos sociales, y puestos a apurar creo que tampoco los hoteleros estarán demasiado contentos. Para empezar, ¿por qué no decreta usted la moratoria urgente que le están pidiendo tantas administraciones insulares? Algo que no se entiende, pues los datos en toda Canarias son completamente insostenibles socialmente. Porque España tiene un porcentaje del 1,33% de viviendas vacacionales con respecto al total de viviendas, y en comunidades turísticas como Baleares o Andalucía tienen un 1,6% y 1,7% respectivamente, mientras en Canarias andamos ya por un 5,59% y subiendo sin parar por su genial efecto llamada. Con estos porcentajes escalofriantes hay uno aún más demoledor, pues el Archipiélago con aproximadamente el 4% de las viviendas totales que hay en España, tiene 61.585 viviendas vacacionales que suponen el 17,5% de todas las viviendas vacacionales que hay en el país. ¿Qué más necesita usted para actuar, para no esconderse, para no endosarle el marrón de la moratoria a los ayuntamientos? ¿Será que ustedes los políticos viven tan agusto en su torre de marfil, en su mundo de fantasía, de lujos y de sueldazos, que lo que siente y padece el canario no les llega ni de lejos? Tal vez debería hablarle de Mar, señora tinerfeña que hace unos años se fue por trabajo de su isla y ahora, ya algo mayor, queriendo volver a su tierra dónde está su círculo afectivo y de apoyo y teniendo como tiene ingresos suficientes, lleva desde octubre de 2023 buscando alquiler sin encontrar nada, hasta el punto de haber perdido ya toda esperanza. Y no se trata solo de Mar, ojalá fuera ella sola, por desgracia son muchos más los canarios que malviven exiliados como parias forzosos por la Península y por Europa imposibilitados para volver a su tierra, porque no hay casa a la que volver. O quizá debería hablarle de casos como el de Rayco o el de Juan (cambio los nombres para preservar su intimidad y seguridad), chicharreros de mediana edad, uno con un subsidio y otro con un sueldo que me escriben sin conocerse para pedirme los dos exactamente lo mismo: que les diga donde hay una cueva o una casa en ruinas por las medianías del sur donde puedan vivir sin que la policía les venga detrás a hostigarlos o a multarlos por vivir en la calle. En serio, ¿esto es lo que queremos para nuestra gente, echarse al monte como en otros siglos? ¿Qué futuro, qué esperanza de vida les queda en esas condiciones? ¿Cuántas depresiones, cuántas carencias, cuántos suicidios por no tener vivienda vamos a aguantar? O quizá debería recordarle que Canarias habiendo sido históricamente la CCAA con los índices de natalidad más altos del país, ahora tiene los más bajos, porque no hay vivienda, porque todo es vacacional. Y nuestros jóvenes se van, porque no hay vivienda, y no hay trabajadores en multitud de sectores laborales, algunos estratégicos, porque no hay vivienda, porque todo, es vacacional. Y con todo esto usted es incapaz ni tan siquiera de hacer lo que es palmario y evidente y le pide hasta la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, Coalición Canaria, socios suyos, algo tan sencillo como una moratoria con la que parar al menos la hemorragia, y que el moribundo derecho a la vivienda de este Archipiélago no se desangre del todo.

Y si la moratoria es urgente no menos urgente es que retire usted la nefasta ley. De nuevo los datos y lo que usted misma ha escrito hablan por sí solos. Así, me he tomado un tiempo para repasar su anteproyecto y la cosa es aún peor de lo que pensaba y nos han contado, porque en el artículo 4 de su normativa se habla de guardar el 10% de las viviendas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura para el vacacional, y el 20% en las islas de  La Gomera, La Palma o El Hierro, un auténtico disparate que puede elevar la cifra de viviendas vacacionales a más del doble de las 61.585 que ahora hay. Y cuando leo el artículo completo resulta que no nos habían contado en prensa todo lo que dice, que los ayuntamientos podrán ampliar este porcentaje si lo creen conveniente y justificado a más de ese 10 o ese 20 por ciento. ¡¿Pero qué clase de locura es esta?! Y no se trata de repetir aquí mi anterior artículo, pero es que es para repetirlo. Porque ustedes preparan una ley caótica y enrevesada de plazos y carencias interminables, una ley que no establece límite razonable al desarrollo de más viviendas vacacionales, que no habilita inspectores suficientes, que deriva buena parte de la responsabilidad y el trabajo a cabildos y ayuntamientos, pero no les deriva los recursos económicos ni humanos  suficientes, tampoco garantiza unos estándares suficientes de calidad en la oferta alojativa de la nueva normativa, que no limita el consumo de recursos básicos, ni la carga ecológica, o la contaminación, el caos en el tráfico o la turistificación masiva que genera este modelo vacacional que proponen ustedes, además de ser un modelo de turismo barato que poco deja, en una actividad lucrativa ventajosa a la que apenas se grava fiscalmente, a pesar de estar mayoritariamente en manos de empresas y especuladores, muchos de ellos extranjeros, que acaparan, como dijo hace poco su propio Director General de Promoción Turística Miguel Ángel Rodríguez, 200, 300, 400 y hasta 500 viviendas vacacionales en una sola empresa. 

Le voy a decir más, creo que usted no es tonta y sabe lo que está pasando, y sabe que la normativa es un desastre, sabe también de todos los que tienen en contra, sabe que los cabildos y en especial los ayuntamientos no van a colaborar y tardarán siglos en actualizar sus normativas municipales, como no han aplicado casi en ningún municipio de Canarias lo de zona o municipio tensionado, estando como está Canarias entera tensionada habitacionalmente. Y pasará el tiempo y los ayuntamientos harán la vista gorda la mayoría, y dejarán hacer a todo el que tenga una vivienda vacacional, hasta el 10%, el 20%, y más si hace falta. Basta para darse cuenta de esto con repasar el color de la mayoría de ayuntamientos de Canarias y cómo manda la ideología liberal ultracapitalista y el caciquismo, porque además serán pocos los que se atrevan a enfrentarse al lobby del vacacional estando como están ya amenazando con denuncias e indemnizaciones millonarias por lucros cesantes y otros perjuicios, como pasa en Cataluña, de dónde parece que han copiado ustedes la ley torpemente. Usted sabe todo esto o al menos lo intuye, pero también sabe que si retirara la ley por propia iniciativa tendría que dimitir automáticamente al minuto siguiente.  Así las cosas,  en lugar de admitir su fracaso como gestora honrosamente y marcharse a su casa, prefiere apostar por esta loca huida hacia adelante y que pase lo que tenga que pasar, y que sufran los que tengan que sufrir, confiando en que el pueblo canario se trague también esta como se lo traga todo. 

Con todo, aunque yo solo soy un ciudadano, un canario más, un activista social, y es probable que siga usted a lo suyo sin inmutarse lo más mínimo tras esta misiva. Quien sabe, igual con su difusión alguien la hace entrar en razón y si no dimite, porque aquí no dimite nadie, al menos se aprueba la citada moratoria urgente e indefinida al alquiler vacacional y buscan la forma de retirar la ley lo antes posible. Y bueno, ya puestos, para no dejar el asunto del vacacional en el limbo, podrían aprobar un reglamento al estilo del que aprobó el Gobierno Vasco en 2018. Un reglamento que hoy seis años después sigue muy vigente en Euskadi,  mucho más claro y garantista, que no ha recibido quejas ni reclamaciones significativas, y allí hay únicamente un 0,4% de viviendas vacacionales, en una comunidad también turística con los mismos habitantes casi que Canarias y un gobierno conservador prácticamente siempre, manteniendo unos estándares de calidad y seguridad muy altos en la oferta alojativa vacacional, una correcta carga impositiva a los que deciden poner viviendas en este modelo, y ciertos requisitos  y controles perfectamente legales que hacen de criba y reducen mucho la posibilidad de viviendas clandestinas, sin dejar la mayor parte del trabajo a los ayuntamientos como hacen ustedes en este anteproyecto nefasto. Quizá porque los vascos, como los ciudadanos de otros muchos países europeos perfectamente capitalistas y con gobiernos conservadores, entienden muy bien que la vivienda es un derecho básico fundamental no una cuestión ideológica para echar pulsos entre derechas e izquierdas, es una cuestión de supervivencia de una cultura, ¿acaso no lo ve?

Lo último, para acabar, en su descargo, para que no sienta usted que le echo toda la culpa por el caos del vacacional en Canarias, o venga alguno a decir que soy el típico machista que ataca a la mujer política por ser mujer. La realidad es que el asunto se viene gestando desde hace años y mucha culpa de su descontrol y proliferación actual la tienen otros políticos canarios que estuvieron antes, muchos de ellos hombres. Así de entrada se me ocurren cinco hombres, empezando por el nefasto anterior Consejero de Vivienda el señor Franquís, o su jefe Ángel Víctor, que se presentó a una reunión con activistas por la vivienda sin saber siquiera que Coral Homes es el fondo buitre que más viviendas tiene en Canarias, mostrando un pasotismo asombroso sin ruborizarse ni un poco. Cómo el virrey de Canarias el señor de La Gomera, o don Román Rodriguez, cada uno a  lo suyo pero lo del interés general como que no. Sin olvidarnos del anterior presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, que con tanto entusiasmo apoyó al lobby del vacacional, y a otra mujer, su predecesora en el cargo la señora Yaiza Castilla, que se pasó toda su legislatura promocionando que medio mundo rico viniera a Canarias a teletrabajar, defendiendo las bondades del modelo de viviendas vacacionales, por no hablar de una última señora, la exconsejera y lideresa de las izquierdas chachis en Canarias, completamente negada a las muchas propuestas y denuncias que le llevamos sobre vivienda, algunas con claros visos de corrupción política. 

En resumen, como ve no es usted sola, para montar semejante estropicio hacen falta muchos, trabajando mucho, durante mucho tiempo, pero ahora es usted la que está al mando de este asunto. Vamos a esperar a ver qué pasa en los próximos días, piense en todo esto que le digo, por favor. Le adelanto ya que seguramente acudamos pronto al Defensor del Pueblo, al Senado y al Congreso en Madrid, para pedir por esas tres vías que la norma canaria del vacacional que usted pretende aprobar sea anulada en todo o en parte en el Tribunal Constitucional, por ir claramente contra los intereses de los canarios y la sostenibilidad de esta tierra, y es posible que vayamos también en persona por su consejería a dejarle algunos escritos, para que diga usted que no le llegó nada. 

(*) Activista social