Sistema de Silencio

Jesús Antonio Fernández Olmedo (*)

No sabemos en qué ha quedado todo aquello que se proclamó dentro de la Iglesia en lo referente a la pedofilia, tanto escándalo que se armó y después parece ser que hay pocas nueces.

Se armó un revuelo imponente y después nada, todo quedó en nada. Las acusaciones contra curas, sacerdotes y personajes de alta alcurnia eclesiástica pedófilos que supuestamente salpicaron por doquier y que el actual pontífice prometió castigar todavía a estas alturas no aparecen los resultados esperados.

Hay resultados espeluznantes en cuanto a las investigaciones realizadas tanto por periodistas, organizaciones de víctimas, fuentes judiciales, comisiones gubernamentales

y eclesiásticas , entidades especializadas en el tema,  donde el fenómeno tiene

un alcance mundial. 

La inacción de algunos Papas en estos delitos es visible.

Por recordar algún dato si sólo en Francia 216.000 niños fueron abusados por unos 3.200 sacerdotes ¿qué reporte o solución se le ha dado a estos hechos?

Así los hechos, nadie queda libre de pecado.

Sin embargo, no vemos en la práctica como se ha resuelto este tema o si las víctimas tendrán que seguir esperando.

Mucho me temo que no se ha abordado todavía la reparación moral y física de los daños, muy graves, causados por estos señores del Vaticano que dicen predicar el amor al prójimo.

Una depravación sexual en el comportamiento de los señores del Vaticano a la que todavía es necesaria una corrección absoluta en términos de no ocultamiento de los hechos por otros jerarcas superiores, una reforma total en el seno de la iglesia, donde todo personaje eclesiástico pueda tener acceso al matrimonio así como a una pareja estable.

Aportar ideas concretas para lograr una superación de estos hechos de una gravedad imperiosa es importante para todos y cada uno de nosotros, cristianos o no, ateos o de otras creencias ya que vivimos en una sociedad donde estas conductas no debieran ser toleradas sino corregidas y reconducidas.

(*) Articulista