El pufismo gomero

Cristina Olmos (*)

Sí, pufismo, porque parece que los gobernantes gomeros han convertido las obras pufas en una corriente artística que quiere romper con las normas culturales establecidas. Prueba de esta deriva de la cultura pufa es la situación actual del Mirador del Cristo. Este mirador, que ya recibió el triste honor de convertirse en obra pufa hace unos años, sigue en estado de abandono. Y sin Cristo.

Resulta chocante que la reciente obra de acceso al Mirador del No-Cristo se haya acabado más o menos en plazo, por lo que el aparcamiento y el acceso al mismo está abierto y luce un bonito color negro de asfalto nuevo. Y resulta chocante porque ya estamos acostumbrados a que las obras no se terminen. De hecho, para que no le quede lugar a dudas al gomero acostumbrado a las obras inacabadas, en ambos sentidos de la carretera hay una señal de indicación que nos indica que ese acceso dirige al Mirador del Cristo. Pero el pufismo se deja ver en su máximo esplendor y apogeo a partir del negro asfalto.

En primer lugar: la señal de indicación es una señal con fondo marrón. Según la documentación de la dirección general de Tráfico, estas señales se emplean para indicar lugares de carácter geográfico o de interés ecológico. Ya empieza a ser chocante que un restaurante-mirador tenga interés ecológico. Pero bueno, vamos a ponernos en modo positivo y tomemos el desvío. Aparcamos pensando que vamos a un mirador donde hay o donde se ve un cristo. Pero lo que nos encontramos es un acceso cerrado con una cadena y una señal de “Prohibido el paso” acompañada de un cartel cuyos lectores deben de ser los turistas que buscan al cristo, ya que indica en alemán (de dudosa corrección idiomática) y en inglés que está prohibido el paso...luego ya en español, más chiquitito, nos indican que no pasemos, por si acaso la señal normativa de prohibido el paso y la cadena nos dejaron lugar a dudas.

Así que nos encontramos que el interés geográfico o ecológico se reduce al aparcamiento nuevo y reluciente y a la cartelería de las obras.

Bien, pues, leamos los carteles. Uno de ellos es el de la obra de la vía de acceso al mirador, que tenía un presupuesto de unos 802.000 € y que está supuestamente terminada. El otro cartel nos informa de una obra para terminar el Mirador del Cristo en un plazo de ejecución de 18 meses; ¿pero 18 meses a partir de cuándo? Ese debe ser el truco, porque si nunca empieza, nunca se cumplen los 18 meses de plazo. El presupuesto está bien explicado: 500.000€ para la obra del restaurante y 2.141.056,85€ para la ejecución de las obras del entorno rural, total 2.641.056,85€; ¡Ay, no, esperen!, que según el cartel el total es de 2.411.665,63€; entonces, ¿a dónde han ido los 229.391,22€ sobrantes?.

Moraleja: si en La Gomera sigues una indicación a un lugar ecológico, te encontrarás que no te lleva a ningún sitio, que ese supuesto lugar está abandonado y que ni siquiera se molestan en esconder que desaparece dinero del presupuesto.

(*) Militante de Iniciativa por La Gomera