Almudena Cervera: “La detección precoz de un problema de audición puede marcar el desarrollo emocional, social e intelectual de un menor”
La audiología pediátrica es una especialidad enfocada al diagnóstico y el tratamiento de los problemas auditivos en bebés, niños y adolescentes
ELDIGITALDECANARIAS.NET/San Cristóbal de La Laguna
“Siempre que hay una pérdida leve, moderada o severa, el audífono es la herramienta que más utilizamos. Los audífonos son una gran solución para todos estos niños. Luego existen los implantes cocleares o de tronco, que es una herramienta que usamos cuando hay una pérdida más profunda o una sordera completa”, señala Almudena Cervera, quien subraya la importancia de extremar la vigilancia, especialmente por parte de los padres primerizos, “que deberán acudir a profesionales si detectan una posible pérdida de audición o tienen sospechas de que su hijo la puede padecer”
Su objetivo es detectar, evaluar y gestionar trastornos auditivos desde el nacimiento hasta la adolescencia, utilizando pruebas adaptadas a cada etapa de desarrollo. Un diagnóstico temprano es crucial para garantizar el adecuado desarrollo del habla y el lenguaje en los niños
Para la audióloga Almudena Cervera, que posee una amplísima experiencia en la detección y tratamiento de la hipoacusia infantil en niños menores de 6 años, “en caso de duda la revisión auditiva debe ser prioritaria, porque es lo único que nos permitirá saber si existe esa pérdida de audición y dónde se encuentra la causa que está detrás de esa falta de audición en niños tan pequeños”
La audiología pediátrica es una especialidad enfocada al diagnóstico y el tratamiento de los problemas auditivos en bebés, niños y adolescentes. Su objetivo es detectar, evaluar y gestionar trastornos auditivos desde el nacimiento hasta la adolescencia, utilizando pruebas adaptadas a cada etapa de desarrollo. Un diagnóstico temprano es crucial para garantizar el adecuado desarrollo del habla y el lenguaje en los niños.
Almudena Cervera, audióloga y directora de los centros auditivos Afón Canarias, con sedes en La Laguna, La Orotava y Los Cristianos, conoce bien la realidad de la hipoacusia infantil.
Licenciada en Audiología por la Universidad de Coimbra, en Portugal -es una de los 8 únicos audiólogos reconocidos en España-, Técnico Superior en Audiología Protésica en Sevilla, diplomada en Logopedia por la Universidad Complutense de Madrid, Experta en Diagnóstico y rehabilitación en Hipoacusia Infantil, y Máster en deterioro cognitivo, Almudena Cervecera asegura que “la audición es primordial para el desarrollo del lenguaje, y en el caso de los niños, debido a su incapacidad para comunicarse, especialmente cuando un niño tiene menos de 6 años, la detección precoz de un problema de audición puede marcar el desarrollo emocional, social e intelectual de un menor”.
Los médicos suelen pedir a los padres que evalúen el comportamiento de sus bebés durante sus primeros meses de vida. Para esto es necesario estimularlos desde pequeños. Es importante prestar atención a si el bebé parpadea, si se despierta cuando hay ruidos a su alrededor o si la voz de su madre puede calmarlo cuando está inquieto. “Que un niño no escuche puede traer muchas complicaciones a posteriori. El lenguaje tiene su base en la audición. Todo lo que nosotros aprendemos y adquirimos del lenguaje, y que luego tiene repercusión en la estructura cerebral y en nuestra forma de pensar, se proyecta a través de la audición”, advierte Almudena Cervera.
La población de personas sordas y con discapacidad auditiva en España es de 1.233.400 personas a partir de dos años de edad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2022. De estas personas con problemas de audición, un 57,25% se han identificado como mujeres y el 42,75% hombres (706.100 mujeres y 527.300 hombres). En 2008, las mujeres eran un 57,1%, por lo que la distribución por sexos se ha mantenido constante en los últimos 12 años.
Si estos datos los trasladamos a Canarias, comprobamos que 55.700 personas mayores de seis años padecen algún tipo de pérdida auditiva.
Curiosamente, aunque casi un 40% de esas personas con problemas de audición vive en capitales de provincia o municipios de más de 100.000 habitantes, también hay un 24% de personas sordas y con discapacidad auditiva (298.300 personas) que viven en pequeños municipios de menos de 10.000 habitantes, lo que probablemente dificulta su atención social y hace aun más necesaria la prevención y el estudio precoz de casos de hipoacusia.
Los padres deben estar atentos para reconocer a tiempo si su hijo no está escuchando bien. Hay unos hitos en el desasarrollo normal del lenguaje que deben ponernos en alerta. Detectar esos síntomas, “que pasan por el silabeo, el balbuceo y las primeras palabras, resulta determinante cuando existe un problema de pérdida de audición en un niño”, asegura Almudena Cervera, para quien muchas veces “los padres primerizos tienen más dudas, porque es su primera experiencia en la paternidad o la maternidad, y les cuesta más darse cuenta de si ese desarrollo es normal. Los papás que han tenido otros niños y saben que su hermano o su hermana ya hablaban a esa misma edad, o al menos pronunciaban las primera sílabas, estarán más atentos al ver que su hijo no se comunica. Si están en la cocina y se cae un cacharro y el niño no parpadea, o no busca la fuente de sonido cuando le llaman, eso debería hacer pensar a los padres en un posible problema de audición. Y en muchas ocasiones son los maestros de los niños, con quienes pasan muchas horas cada día en clase, los que alertan de un posible caso de falta de audición. Todo ayuda a la hora de la detección precoz”.
Causas de la falta de audición
Es importante que se practique un cribaje de sordera cuando un niño nace, para que sea seguido de cerca tanto por sus padres como por su médico. Actualmente esas pruebas de cribaje (screening neonatal) son obligatorias en España.
Para la audióloga Almudena Cervera, que posee una amplísima experiencia en la detección y tratamiento de la hipoacusia infantil en niños menores de 6 años, “en caso de duda la revisión auditiva debe ser prioritaria, porque es lo único que nos permitirá saber si existe esa pérdida de audición y dónde se encuentra la causa que está detrás de esa falta de audición en niños tan pequeños”.
Por esa razón, anima a todos sus pacientes, en cuanto sabe que tienen hijos, “a que los traigan para hacerles una revisión gratuita. Un reconocimiento puede hacerse en media hora, pero si no se coge a tiempo acarreará muchos problemas en el futuro. En particular, con pacientes con antecedentes familiares. Hay que estar especialmente atentos y realizar una revisión auditiva para descartar cualquier problema”, advierte.
Los factores que pueden afectar directamente a un bebé son los antecedentes familiares, las infecciones intrauterinas en la madre, tales como la rubéola, la sífilis, la toxoplasmosis e incluso el herpes.
Algunas malformaciones en la cabeza del pequeño, haber nacido muy prematuro, la meningitis, la toma de medicamentos ototóxicos por parte de la madre, entre otros, son otros factores de riesgo a tener en cuenta.
Casi el 30% de las sorderas infantiles suelen aparecer cuando el niño tiene dos años de edad. Esta circunstancia se da porque pueden padecer algunos tipos de otitis o traumatismo craneoencefálico graves.
“Hay muchas causas que podrían explicar la falta de audición”, explica Almudena Cervera, para quien hay causas sindrómicas que son reflejo de rasgos o afecciones que caracterizan una enfermedad reconocible, y que ya vienen en el niño. Otras se deben a infecciones que se producen durante el embarazo, como citomegalovirus o paperas. A veces son ototóxicos, medicamentos que la madre tiene que tomar durante el embarazo. También pueden ocurrir después del nacimiento, por un ingreso en la UCI durante más de cinco días, y que el niño sufra una infección bacteriana o vírica. Otras son sindrómicas; no aparecen en el nacimiento, sino que tienen una latencia de uno o dos años, y son las más difíciles de detectar. Y luego hay muchas pérdidas de audición que tienen un origen genético. Hay muchas razones”.
Pruebas y tratamientos
La capacidad de escuchar y comunicarse afecta a las interacciones sociales y el desarrollo emocional. Los niños con pérdida de audición pueden experimentar aislamiento social, frustración y problemas de autoestima si no pueden participar plenamente en actividades sociales con otros niños o con sus familiares.
“Si detectamos algunos de estos síntomas debemos acudir de inmediato a un especialista”, asegura Almudena Cervera, para quien “la detección precoz es básica. Nosotros tenemos en el hospital unos protocolos de cribado neonatal con una serie de pruebas que se hacen al niño recién nacido para cerciorarnos que la audición es correcta. Sobre todo cuando hay factores de riesgo o antecedentes familiares. Ahí se les hace un seguimiento muy de cerca a los niños, puesto que tienen más posibilidadededes de poder desarrollar esa pérdida de audición. Pero luego, a lo largo de los meses, si vemos algún factor que nos puede llamar la atención, un pediatra tendrá que valorarlo”.
Existe una serie de pruebas que permiten conocer la salud auditiva de niños o adultos que no pueden o no quieren participar en una prueba subjetiva. Todas ellas son indoloras y no invasivas. Un gabinete de audiología, como el que dirige Almudena Cervera, dispone de equipos para realizar esas pruebas que ayudarán a detectar o descartar una hipoacusia.
En algunos casos, la pérdida de audición puede ser un indicativo de otras condiciones médicas subyacentes. La audiología infantil permite un diagnóstico y tratamiento oportunos, mejorando así la salud general del niño.
La detección precoz permite iniciar intervenciones tempranas, como el uso de audífonos, implantes cocleares y terapias del habla y del lenguaje, lo que maximiza las posibilidades de un desarrollo más cercano al de otros niños sin problemas de audición. “Siempre que hay una pérdida leve, moderada o severa, el audífono es la herramienta que más utilizamos. Los audífonos son una gran solución para todos estos niños. Luego existen los implantes cocleares o de tronco, que es una herramienta que usamos cuando hay una pérdida más profunda o una sordera completa”, señala Almudena Cervera, quien subraya la importancia de extremar la vigilancia, especialmente por parte de los padres primerizos, “que deberán acudir a profesionales si detectan una posible pérdida de audición o tienen sospechas de que su hijo la puede padecer”.
En el caso particular de los niños, cuando se produce una corrección a tiempo hay una mejoría muy rápida. Pero este progreso exige apoyarse siempre “en el trabajo de logopedas. Con los niños realizamos siempre un trabajo multidisciplinar. Debemos recuperar el tiempo perdido, y eso solo se puede conseguir con rehabilitación. Los niños con pérdida de audición siempre van a necesitar el apoyo de un logopeda”, concluye la audióloga.