Un inspector de la Policía Canaria ‘presiona’ al Ayuntamiento de Granadilla para que le den a su asociación de Bomberos Voluntarios un contrato público
El aludido puede estar incurso como funcionario público en una incompatibilidad
EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife
Un inspector URO con plaza en Tenerife y Gran Canaria, misteriosamente dispuesto claro, del Cuerpo General de la Policía Canaria, lleva meses ‘presionando’ al grupo de gobierno de Granadilla de Abona, aunque siempre de manera indirecta y a través de su amplia red de contactos con el municipio, para que le den un contrato público, que no puede ser inferior a los 200.000 euros, para la asociación de Bomberos Voluntarios que dirige y de la que ha sido socio fundador.
El inspector que además ha vivido y desarrollado gran parte de su actividad profesional en Granadilla y siempre bajo la tutela socialista, sin embargo supo navegar en aguas nacionalistas, cuando gobernaba aquella alcaldesa de infausta memoria y salir catapultado a la Policía Canaria, gracias a sus contactos y relaciones con numerosos jefes de la Policía Local, que al igual que él, no tienen demasiados reparos en ir dando saltos de un lado a otro.
Sin embargo aunque trabaja en Santa Cruz, su obsesión está radicada en Granadilla, donde él, su familia y sus numerosos amigos han vivido maravillosamente a cuenta del presupuesto municipal y durante años fueron los reyes del ‘mambo’ con el consiguiente cabreo de los Bomberos Profesionales, que, según cuenta un portavoz extraoficial a este diario, “hemos tenido que aguantar como los servicios los hacían estos bomberos voluntarios, a todo trapo, pagado por el Ayuntamiento y viviendo a cuerpo de rey”.
Su influencia llegó a su cenit mientras gobernaba el tripartito, pero la alcaldesa y los suyos además de filtrar información sobre él y sus actividades lucrativas, indignas de un funcionario público, le montaron una asociación paralela, que ha terminado además en el juzgado, casi por las mismas razones.
Ahora el inspector URO de la Policía autonómica canaria que dirige CC, quiere que un Ayuntamiento socialista le resuelva la vida por las tardes, después de realizar su trabajo en la Academia de Seguridad de Añaza, donde este inspector evita meterse en líos y ha dejado tirados a numerosos compañeros cuando ha visto peligrar su puesto.
Y todo lo hace, formalmente, para que los granadilleros estén tranquilos, porque las emergencias estén bajo su control. Pero este esfuerzo hay que pagárselo, claro. Lo asombroso es que se lo permitan en la Policía autonómica, pero nos da la impresión que sus superiores no tienen ni idea de lo que hace y de lo que pretende.