Saddam Haftar asume su papel como diputado del ENL en conversaciones militares turcas
Saddam prometió completar la reconstrucción del ejército y presentarlo como “una fuerza de paz contra el terrorismo y el extremismo”
ELDIGITALDECANARIAS.NET / Benghazi
Saddam Haftar, el recién nombrado adjunto de su padre, el comandante del Ejército Nacional Libio (LNA), Khalifa Haftar, con base en el este, inició sus funciones el domingo al recibir a una delegación naval turca en Bengasi, subrayando los esfuerzos para profundizar la cooperación militar y marítima.
Saddam dio la bienvenida a la delegación a bordo del buque de guerra turco TCG Kinaliada, que atracó en el puerto de Benghazi como parte de una visita de la marina de Ankara a Libia. El Comando General del LNA dijo que las conversaciones se centraron en la cooperación técnica y militar, y describió la visita como prueba de la “profundidad histórica” de los vínculos entre las armadas libia y turca.
La reunión se produjo un día después de que Saddam prestara juramento formal como subcomandante, cargo creado por el parlamento. Khalifa Haftar elogió la medida como un “pilar de cohesión” para el ENL y dijo que los puestos militares eran un deber más que un privilegio.
Saddam prometió completar la reconstrucción del ejército y presentarlo como "una fuerza de paz contra el terrorismo y el extremismo". Dijo que las regiones aseguradas por el ENL ahora estaban abiertas a la inversión y el desarrollo.
Mientras tanto, en Trípoli, resurgieron divisiones en el Consejo Presidencial después de que el miembro Musa al-Koni negara su participación en una declaración conjunta, que circuló bajo su nombre junto con su colega concejal Abdullah al-Lafi, en respuesta a una sesión informativa de la Representante Especial para Libia y Jefa de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), Hanna Serwaa Tetteh, en el Consejo de Seguridad.
En una declaración separada y en un aparente golpe a la ONU, Lafi dijo que salvaguardar la soberanía de Libia y celebrar elecciones para renovar la legitimidad eran las principales prioridades, advirtiendo que “ningún apoyo extranjero traerá estabilidad a menos que se alinee con una voluntad nacional unida”.