Canarias en riesgo de perder competitividad por el fin de las ayudas Next Generation

La competitividad como garantía de sostenibilidad

ELDIGITALDECANARIAS.NET/Santa Cruz de Tenerife

CEOE Tenerife advierte de la necesidad de afrontar con determinación el nuevo escenario económico que se abre ante el fin del actual ciclo de fondos europeos. Los recientes informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE y la Comisión Europea coinciden en una advertencia clara: Europa necesita pasar de la retórica a la acción, fortaleciendo su productividad, innovación y cohesión económica.

En este contexto, España y Canarias afrontan un escenario especialmente delicado, marcado por la dependencia de los fondos europeos, el bajo nivel de ejecución de inversiones públicas y un endeudamiento creciente.

Advertencias internacionales y europeas

Tanto la OCDE como el FMI han subrayado que la economía europea se enfrenta a una desaceleración estructural y a un déficit de competitividad frente a Estados Unidos y Asia. En particular, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha reclamado a la Unión Europea que avance definitivamente hacia un mercado único efectivo y reduzca la fragmentación institucional que frena la inversión y la productividad.

Por su parte, la Comisión Europea ha alertado a España y otros quince países del riesgo de no ejecutar a tiempo los fondos Next Generation EU, recordando que solo se dispone hasta agosto de 2026 para cumplir los compromisos. Bruselas advierte además que la falta de justificación de proyectos o el retraso en las reformas estructurales podría implicar la devolución parcial de fondos o su compensación en presupuestos futuros.

Ejecución deficiente y riesgo fiscal

España se enfrenta a un problema de gestión y trazabilidad de los fondos europeos, según el último informe del Tribunal de Cuentas Europeo. Persisten deficiencias en los mecanismos de control y en la aplicación de las reformas comprometidas, especialmente en materia de pensiones, empleo y productividad.

A ello se suma la baja ejecución presupuestaria nacional, que impide convertir las ayudas europeas en inversión real sobre el tejido empresarial. En la práctica, los fondos han tenido un impacto coyuntural, sin consolidar una base productiva sostenible ni mejorar la competitividad de las pymes.

Este contexto, unido al déficit estructural y la elevada deuda pública, anticipa tensiones fiscales si los fondos no ejecutados deben reintegrarse o compensarse en ejercicios futuros.

Canarias: un frente adicional

En el caso de Canarias, la situación adquiere un matiz propio. La consejera de Hacienda, Matilde Asián, ha advertido de la posibilidad de “momentos difíciles” ante la redefinición del presupuesto europeo y el riesgo de que el “sobre RUB” (Régimen de Ultraperiferia) pierda peso en un proceso de recentralización de los recursos comunitarios.

Esta incertidumbre llega en un momento en que el Archipiélago necesita consolidar simultáneamente los Presupuestos Generales del Estado, los fondos europeos y el sobre RUB, como ejes de estabilidad económica y cohesión social. Una reducción o reasignación de estos instrumentos pondría en riesgo las políticas de inversión, empleo y conectividad esenciales para las Islas.

Un nuevo contrato con la competitividad

CEOE Tenerife subraya que el final del ciclo de fondos europeos exige una nueva estrategia basada en la competitividad como eje vertebrador del desarrollo sostenible. La organización empresarial considera esencial:

  • Reforzar la ejecución y transparencia en la gestión de los fondos.

  • Simplificar los procedimientos administrativos para facilitar el acceso de las empresas.

  • Impulsar la inversión privada y público-privada en sectores estratégicos.

  • Apostar por la formación, digitalización y transición energética como pilares del crecimiento.

La competitividad debe ser el eje de la sostenibilidad del empleo. Europa necesita empresas fuertes, España requiere estabilidad fiscal y Canarias debe garantizar la continuidad y eficacia de su financiación diferencial.

El tiempo de los fondos sin retorno y de la economía subvencionada se agota: comienza el momento de transformar la dependencia en capacidad productiva y de hacer de la competitividad el verdadero garante del bienestar y la cohesión social.