El capitalismo isleño

La prensa trae algunas noticias del mundo laboral canario que merecen ser comentadas. La primera es el anuncio de la Consejera de Turismo del gobierno clavijero de decretar los servicios mínimos en hostelería ante la huelga en la provincia de Tenerife. Para ello, argumenta que la hostelería es un servicio esencial, como la sanidad, el personal de bomberos, el transporte público o la policía. Además, apoya su decisión un individuo (por no llamarlo de otra manera) de la patronal tinerfeña, que declara que las y los turistas tienen derecho a tres comidas diarias. Por lo visto las y los trabajadores no. Ni a la huelga ni a comer ni a tener una vida un poco, solo un poco, más digna.

El caso es que la patronal de la provincia de Las Palmas sí negocio en tiempo y forma con representantes de las personas trabajadoras y se firmó un convenio que, sin incluir todo lo que pedían, mejora sensiblemente las condiciones laborales de, por ejemplo las kellys, al imponer la obligatoriedad en la provincia de las camas elevables, reivindicación histórica de las camareras de piso e incluye una subida salarial en casi un año y por tramos, de un poco más del 8%, empezando por una subida a aplicar desde enero de este año del 2,75%, además de una paga extraordinaria y única de unos 650 euros a cobrar en mayo de este año. Tal acuerdo se consiguió por la firmeza de las personas trabajadoras y porque los empresarios de la provincia se dieron cuenta de que no podían permitirse una huelga. En Tenerife, los empresarios también lo saben, pero como se encuentran apoyados por Clavijo y compañía, se enrocan y desprecian la negociación. Lo que confirma el viejo dicho de que el gobierno autónomo más que un Gobierno es el consejo de administración de la empresa llamada Canarias, de ahí la declaración de servicios esenciales; Capitalismo puro y duro.

La segunda noticia es que somos la comunidad autónoma con la jornada laboral más larga, 1.800 horas anuales, y no vengan con la bobería del turismo, pues Baleares tiene la segunda jornada más larga del país, 1.760 horas y la subida de su convenio recién negociado es del 3,25, para empezar. Trabajamos más horas que nadie, somos explotados durante más horas; Capitalismo corriente y moliente.

La tercera noticia también está vinculada al turismo: Seguimos creciendo, avanzando hacia los dieciocho millones de visitantes, pero hemos perdido más de catorce mil empleos en el sector, que se dice pronto y no tiene fácil explicación. ¿Cada vez más turistas y menos personal? Esto es un claro aumento de la productividad; se atiende a más personas con menos personal, pero a costa de mayores niveles de explotación. Capitalismo puro y duro.

En resumen, en Canarias tenemos una actividad económica llamada turismo que sigue creciendo en estancias y personas, pero disminuye en puestos de trabajo. La clave está en los salarios indignos y las largas jornadas laborales. Para que las cosas no cambien y los empresarios sigan explotando de manera inmisericorde, el gobierno clavijero trabaja intensamente. En 2016 el turismo creció hasta los 16.961 millones de euros. En 2024 fueron 24.000 millones. Eso es un treinta por ciento en ocho años. A los empresarios les sale el dinero por las orejas, su inversión media al año, todos juntitos, para renovar la planta alojativa, roza los mil cien millones, el resto para casa.

En la provincia de Las Palmas, su vocero exige que las administraciones públicas rehabiliten los espacios turísticos, estamos de acuerdo que hay que hacerlo, pero ¿por qué no propone que los empresarios pongan parte del dinero para esa rehabilitación? Al fin y al cabo, son ellos los primeros beneficiarios. Pero no, nada de eso, la premisa es clara, que invierta la sociedad, todos nosotros y todas nosotras, y se beneficien unos pocos; ellos, los explotadores. Es el capitalismo, mi gente.

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