Santa Cruz también se entera, casi diez años después, que lo del adoquinado del tranvía era un desastre

Después de casi una década de remiendos y parcheos en el adoquinado del tranvía, desde antes de la inauguración en 2007 aquello estaba saltando por los aires en la mayor parte del recorrido, el Ayuntamiento de Santa Cruz ha decidido -ya hace algún tiempo decidió lo mismo el de La Laguna- que serán los vecinos de la capital los que con sus impuestos se hagan cargo de semejante desaguisado.

Nada de reclamar, en su momento, que se exigiera la garantía de la obra y se buscara a los responsables de ese desastroso diseño y/o ejecución. No, los vecinos que lo han padecido, que han pagado el remiendo una y otra vez (millones tienen que haberse ido por ahí) o los taxistas y profesionales, entre ellos las guaguas públicas de Titsa, sometidos a semejante martirio por casi dos lustros son los que habrán de hacerse cargo, como también decidió Clavijo en La Laguna, de la factura por los daños.

Ni Metropolitano, que se ha apoderado de un espacio público de un montón de hectáreas para uso exclusivo -en otras partes del mundo ese espacio se comparte con las guaguas, los taxis y los servicios de emergencia pero aquí plantamos césped para que eso sea inviable- a coste cero, ni el Cabildo, promotor y paganini del proyecto, ni los que se llevaron la pasta se van a hacer cargo de nada. Pero ya les digo yo que no me imagino ni al Bermúdez ni al Clavijo -ni al Arcila ni a otros muchos que han elegido representarnos a todos- echando mano a su cartera para volver a pagar un adoquinado en la terraza de su casa si a poco de recibir la obra, incluso antes como es el caso, aquello se comienza a levantar. ¡Vaya si reclamarían entonces!

¿Por qué no se reclamó nunca este asunto y por qué los ciudadanos vamos a tener que pagar dos veces -en este caso muchas más con los remiendos- por una cosa que era de piedra y ahora será de piche? Ni idea. Echando a volar un poco a la imaginación -no queda otra- uno piensa que tampoco se podrá reclamar mucho a las constructoras por varios motivos. En esa obra se enchufó gente cercana al poder, al movimiento vecinal controlado por ATI y demás, de forma significativa y no se buscó la profesionalidad sino meter a un montón de trabajadores cuya selección era un poco ‘especial’ y controlada y/o sugerida en muchos casos desde arriba.

Vamos, como hacía Clavijo con Urbaser en La Laguna y seguirá haciendo porque según él ese es su trabajo, enchufar colegas por aquí y por allí, donde se tercie. ¿Con qué cara van ahora a reclamarle nada a esas empresas? Y la segunda ‘razón’ que a uno se le ocurre, porque verdaderamente resulta sorprendente hasta el silencio sepulcral de los llamados partidos 'emergentes' y que en casos como éste lo que parecen es más de lo mismo, es que en esa obra se metió mucha prisa, prisa electoral porque hasta Zerolo estuvo haciendo su campaña de 2007 encima de esos tranvías con colectivos vecinales aún sin inaugurarse la obra, ya desde mayo cuando las elecciones fueron en junio.

La otra razón, que yo no la digo pero que sí que la dijo en su momento Maragall en Cataluña -y la cosa se ha venido a confirmar punto por punto después de años- es que en estas cosas suele haber unas buenas mordidas. Pero yo ese tema lo desconozco por completo, aunque sí digo que esas multimillonarias campañas electorales de alguna forma habrá que pagarlas, digo yo, y las cuentas con las que se 'justifican' dan hasta risa. De hecho Antonio Plasencia, uno de los beneficiados de la obra, dice que él pasa religiosamente por ‘caja’.

Vamos, que por una cosa o por otra el caso es que los vecinos de Santa Cruz y La Laguna, con el silencio totalmente cómplice de los Podemos-Sí se puede, Ciudadanos y demás; tendrán que volver a pagar algo que era de piedra y se quedará en piche. Y es que ya nos estamos acostumbrando a que se nos caigan techos de los intercambiadores y no pase nada, señales gigantes en las autopistas y tampoco, hundimientos en el propio tranvía, socavones y corrimientos de tierra en vías recién inauguradas como el Anillo Insular o la propia ampliación de la TF-1 y a pagar otra vez, a que se levante la plataforma de la nueva estación de guaguas de La Laguna (obra de Metropolitano también) y aquí como si nada...

Vamos, que el levantarse las perritas públicas sin que nadie asuma responsabilidades de ningún tipo, cuando se maman millonadas con esos proyectos, se ha convertido en lo normal mientras nuestros diputados y demás se cabrean porque el Cejas quiere autorizar un hotel en una zona urbanizada de La Tejita. Vamos, que en algún recoveco del caminó me perdí y ya no le encuentro sentido a la mayor parte de las cosas que pasan, que seguro tendrán sentido no digo que no porque casi todo el mundo ve ya como normal esto de levantarse las perritas públicas como si tal cosa. Un latrocinio sin límite alguno ya.