Todos contra Santiago Negrín
El flamante director general de la Radio Televisión Canaria (RTVC), Santiago Negrín no es de los que enarbolan la bandera de “yo vengo a hacer periodismo, no amigos”, sino todo lo contrario. ¿Es censurable, criticable, condenable? Si cuando tienes veinte años y acabas de llegar al oficio, pero cuando estás de vueltas de todo, es una opción tan legítima como otra cualquiera.
Una de las mayores carencias del periodismo canario es la falta de memoria, de perspectiva histórica, que es lo único que puede dar profundidad a las opiniones, versiones, pareceres y finalmente a los juicios de valor que dimanan de ellas.
Y la memoria respecto a Santiago Negrín lo sitúa inexorablemente en lo político, en lo institucional, con todas las consecuencias que ello conlleva. Esa decisión personal e intransferible no puede gustarle sinceramente a quien ejerce el oficio en la calle o se posiciona contra lo que le rodea, pero no por ello se debe lapidarlo o llevarlo a galeras.
Negrín es lo que es. Su trayectoria profesional le ha evitado estar de remero en las redacciones y siempre se ha paseado en las alturas, rodeado de políticos, que todo lo enrarecen pero que dan mucha tranquilidad, si los complaces y no los incomodas. Y en ese camino ha estado al lado de los nacionalistas, unos más grandes que otros, pero sin despreciar o ningunear a los socialistas o populares o quien se le pusiera por delante.
Estar en la casa del grupo Prisa le ha ayudado mucho y Radio Club Tenerife es como su padrino mágico que le ha permitido acercarse a cualquiera en condiciones de igualdad, siempre recordando que son los primeros en oyentes y que no le hacen ascos a ATI primero y CC después, a pesar de la supuesta entrega al PSOE de la casa grande en Madrid.
Santiago Negrín tuvo una relación ambigua con el Paulinato, ya que ni lo atacó, pero tampoco lo defendió y se alejó convenientemente de su antiguo compañero Willy García. Pero fue paciente en esa soledad buscada y forzada al mismo tiempo. Y esa paciencia desde los servicios informativos de la SER le vino de escándalo.
La llegada de Fernando Clavijo al poder regional ha sido un revulsivo en el mundo de la comunicación, porque el exalcalde lagunero siempre ha jugado con todos, aunque sus lealtades reales son secretas, siendo leal a ese espíritu masónico que lo posee cuando se trata de su gente, de su equipo.
Negrín, ¿es clavijista? No, pero tampoco es paulinista o lo que sea. Es una pieza que el presidente tiene a mano para que la RTVC no se le desmande como en la era Willy García. Y sabía que no podía poner a un guerrillero, a una persona conflictiva como el caso del anterior director, que ha acabado en los juzgados.
Lo mejor es que Negrín no hará piña como hizo García con la familia Rivero, pero tampoco le creará problemas a Clavijo y los suyos. E intentará con todas sus fuerzas que la RTVC no se desmande o se convierta en un campo de batalla.
¿Es la mejor solución? A estas alturas nadie puede ni debe tener una respuesta. Negrín lleva poco al frente de la nueva RTVC y como buen ‘mago’ no se compromete hasta las cachas con nadie, aunque sus querencias lo hagan mirar con cariño a la SER y a todo lo que en su día representó Socater en la tele.
Lo asombroso es que no le han dado un respiro desde que se sentó en el despacho. De repente todos descubrieron que tenía el pelo chungo y lo han convertido en un muñeco de piñata donde el que más palos le da es el que se puede llevar el premio.
Todos se lanzan a degüello a las audiencias, a los informativos, a todo lo que se hace en esa santa casa, con más saña y más malicia que con Willy. ¿Y porqué? Está claro. García tenía al presidente detrás suyo. Cuando le salía un enemigo, directamente lo compraba y ya está. Había dinero y bastante.
El problema que ese método no le gusta a Clavijo y no solamente no lo comparte, sino que encima le quita ‘pasta’ a la tele, dejándola a los pies de los caballos y provocando todos esos problemas, que los sobrecogedores ventilan día tras día, sin rubor alguno
La única ventaja y por ende, gran ventaja, que ya la peña no es tonta y que muchos saben lo que se está jugando a cuenta de Santiago Negrín y la RTVC. Lo alucinante es que un periódico que va de anciano y de maestro por la vida, ataque determinados programas contratados por Negrín y que su mayor accionista tenga una productora que publicaría una entrevista a cinco columnas y en domingo del director general si se hiciera lo mismo con él.
Da mucho asco todo eso. Pero es lo que hay. Nadie cuenta lo que subyace en cada artículo, en cada palabra, en cada tertulia. Santiago Negrín solamente tiene un problema, no considera necesario ocuparse de sus supuestos enemigos y se escuda en su agenda, para que el ruido no le moleste.
Es un error, pero que cada lagarto escoja el lugar donde coger el sol y que rece para que no lo aplaste la piedra con la que quieren acabar con él. Le vendría bien un húsar imperial a su lado, con un buen mandoble para que sus enemigos lo dejen tranquilo. No es su estilo, pero en la vida, a veces es mejor no tener tantos ‘coleguitas’ y recordar que hace mucho, mucho tiempo, intento ser un periodista de a pie, uno más metido en este perro oficio que nos asola, pero que nos engancha hasta la extenuación.
Volver a los orígenes para que se acabe toda esta orquesta negra, satánica, deseosa de hincarle el diente al dinero público, ni más ni menos. El poder de la información, la cura por la luz, por la bendita luz.