Seguimos porque nos apetece con las aventuras animadas de Paquetito en Le Pene

Oiga no puede ser. Decimos la verdad y la peña se molesta, como si todos los que rodean a este gran pequeño empresario le debieran la vida y no la hacienda, porque muchos de ellos cuando lo miran, lo veneran, le sonríen, pero en la oscuridad le dan unos fajazos de órdago. Ay gran pequeño hombre mira los libritos de contabilidad, los escritos y los que no. Le Pene podría dar mucha más ‘milk’ que la que da, pero ya sabes, confías en los que te pelotean, en los que te esclavizan y así te va. Bueno pero a lo nuestro. Este empresario es muy representativo pero le cae encima al dedo esta máxima chama asolerada también en Canarias, oscuridad para la casa, claridad para la calle. Y es que en Le Pene se mezclan psicología muy freudiana con las cosas del querer, ay perdón, del comer. Vamos al lío. Saben de esta que, como diría el gran Eugenio, que Paquetito despidió a un seguridad, que contrata a través de una empresa que no es la que lleva Le Pene, porque era bello o guapo, como prefieran y las lobas querían comérselo, como es natural y no al pequeño gran hombre. Bueno muy guapo, porque al ver el material masculino ahora desplegado allí, a pie de playa, vemos que no son feos como diablos, pero tampoco bellezas, apropiadas para el negocio, perdón por todos los que no somos guapos, multitud. Y hay más en este sendero de la belleza, las miradas, los ligoteos y la lucha entre sexos. El gran pequeño hombre un día la lio parda con dos pibones, a las que Paquetito cayó en picado e invitó. En este caso no les aplicó el 15 % sino el ‘tax absolut free’. Las pibas lo miraron y dijeron bueno, si paga, lo aguantamos, pero poco más. Nosotros con estos dos chamos bellos y wistrolados. Pero ellas no podían imaginar que Paquetito era Cruel De Ville y que mandó a seguridad a que los desalojara de los sitios en los que estaban ellos con las damas. Así de chungo y así de claro. ¿Se puede sentar uno con los que mandan en esta isla y venderlos lo mejor del país y luego hacer estas cancaburradas? Pues no. Lo mejor es que deje el cargo o mejor los cargos y se dedique a Le Pene o lo que sea, plenamente, como jeque, como califa, como lo que sea, pero sin estas dobleces, sin estas hipocresías. Queda mal. De verdad, queda muy mal.