Grandes notarios ‘chichas’ enfangados en turbios y curiosos asuntos ¿registrales?

Si fallan los notarios, ¿qué nos queda hermanos, que nos queda? Los fedatarios públicos, los hombres de la verdad, los dueños por momentos de la vida y hacienda del pueblo llano y no tan llano. Ir a una notaría, no las encorsetadas como las que se pueden notar en Santa Cruz, sino las del Sur por ejemplo, es ver todo lo que se mueve, todo lo que importa. Y da gusto. Y todos sabiendo que lo que se pone en el papel es lo que vale, lo que mueve todo. Un Pantocrátor del tóner, negro, por supuesto. Pero y ¿si es un diablo? Si es todo lo contrario a lo que se le supone, se le imagina, se le proyecta. ¿Y si sirve al mal, también protocolizado? Ay señores, que chungo, que pollo más terrible. Y además como diablo puede ser tentado, porque su poder es mucho y hay mucha peña que quiere llegar al cielo por la vía estrecha, por el camino más corto y si por otro se está cómodo por impune, mucho mejor. ¡Diantres!, ¿qué coño pasaría si estuvieran en el lado oscuro? Pues como a los celtas, se nos caería el mundo encima. Y amigos, triste es decirlo, hay diablos notariales, agazapados, ocultos y como Lucifer, son como luceros de la mañana, pero con el refajo negro como el carbón. Y en este caso que nos ocupa, hablamos, mejor, trazamos su estela de dos, como Cástor y Pólux, uno más brillante, otro no tanto, pero los dos, envueltos en una caja negra, llena de espíritus poseídos por el lujo, por la disipación, por los buenos olores. Y manitos, me salió esa chingada,  porque cuando los veo parece que estoy en la Baja California con otro tan diablo como ellos, de triste memoria, pero también amante de los buenos notarios. En fin todo esta retahíla para hablar de dos notarios gigantes, mezclados con asuntos turbios, indignos y que al final han llamado la atención, la nuestra y la de más gente, menos compasiva. Por el momento han escapado. A lo mejor si se abre el establo de Augías, puede que lo pasen mal porque Hércules o está de vacaciones o pasa de ellos. Porque es un semidios ajeno los manejos de los demonios. Y como diría Porky, ocurre en la isla de Tenerife, la del Infierno, ‘eso…eso…eso…es todo…amigos’.