Liderazgo femenino en el gambling: ¿avance o retroceso?

El caso Nygaard-Andersen reabre el debate sobre la diversidad en el juego online. ¿Cambio real o símbolo? Leticia Molina analiza el impacto estructural

ELDIGITALDECANARIAS.NET/Madrid

El liderazgo femenino en el gambling: ¿avance simbólico o cambio real?

El reciente adiós de la danesa Jette Nygaard-Andersen a la dirección del grupo Entain ha reavivado el debate sobre el verdadero alcance del liderazgo femenino en la industria del juego. ¿Estamos ante un retroceso simbólico o ante una oportunidad para cuestionar qué implica, en realidad, ocupar un cargo de poder en este sector?Tal como analiza Leticia Molina, editora de Casinos-online.es especializada en impacto social y regulaciones online, el caso de Nygaard-Andersen no solo marca un punto de inflexión para Entain, sino que expone con claridad las tensiones estructurales que enfrenta la industria del juego: entre la modernización prometida y la permanencia de modelos de liderazgo tradicionales. Molina, Licenciada en Trabajo Social y experiencia en campañas contra el juego ilegal, advierte que “el liderazgo femenino no puede sostenerse solo en gestos simbólicos, sino en estructuras que respalden y hagan posible la permanencia y el impacto real de las mujeres en puestos de decisión”.

La decisión de Nygaard-Andersen de abandonar la compañía se produjo tan solo una semana después de que Entain llegara a un acuerdo con la autoridad fiscal británica, comprometiéndose al pago de 615 millones de libras (unos 716 millones de euros) para cerrar una investigación sobre sus antiguas operaciones en Turquía, vendidas en 2017. Este episodio no es solo el fin de una etapa para una de las mayores empresas de juego del mundo, propietaria de marcas como bwin o Ladbrokes; es también un caso de estudio sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en la cima de industrias tradicionalmente masculinas.

¿Quién fue Jette Nygaard-Andersen y por qué su figura importa?

Jette Nygaard-Andersen, esta danesa nacida un 22 de octubre de 1968, se convirtió en CEO de Entain en enero de 2021, un nombramiento que fue celebrado como un hito histórico. No solo era una de las pocas mujeres al frente de una gran compañía del FTSE 100, sino que lideraba un gigante en un sector donde los rostros visibles suelen ser básicamente masculinos. Su llegada se interpretó como una señal de modernización y un compromiso con la diversidad.

Durante su liderazgo de casi tres años, Nygaard-Andersen impulsó una agenda centrada en el crecimiento a través de adquisiciones estratégicas, la expansión en mercados regulados como el norteamericano y un fuerte enfoque en la sostenibilidad y el juego responsable (ESG). Bajo su dirección, Entain se posicionó como una empresa con una visión de futuro que iba más allá de las apuestas, buscando consolidarse como un grupo e entretenimiento global.

Sin embargo, su salida deja un sabor agridulce. La resolución del escándalo turco, un problema heredado de la administración anterior, ha terminado por costarle el puesto. El relevo no se ha hecho esperar: Stella David, directiva no ejecutiva, ha asumido el cargo de forma interina mientras la compañía busca un sucesor permanente. Paralelamente, el veterano de la industria Gavin Isaacs ha sido nombrado presidente, y Satty Bhens, un experto en transformación digital de McKinsey, se ha incorporado al consejo. Este reajuste, con figuras masculinas de peso asumiendo roles clave, plantea dudas sobre si el impulso hacia la diversidad era una prioridad genuina o una cuestión de imagen.

El techo de cristal y el fenómeno del "glass cliff"

La historia de Nygaard-Andersen en Entain parece encajar en un patrón bien documentado en el mundo corporativo: el “precipicio de cristal” o glass cliff. Este fenómeno describe cómo las mujeres (o miembros de otros grupos minoritarios) tienen más probabilidades de ser nombradas para puestos de alto riesgo o durante períodos de crisis. Se les entrega el timón cuando el barco ya hace aguas, lo que aumenta exponencialmente sus probabilidades de fracaso o de un desgaste acelerado.

Nombrada CEO en plena pandemia y con la sombra del caso turco planeando sobre la compañía, Nygaard-Andersen tuvo que jugar sus cartas en mesas complicadas desde el primer día. Liderar en estas circunstancias no solo requiere capacidad de gestión, sino también una resiliencia extraordinaria para enfrentar tanto los problemas que no se generaron bajo el propio mandato como los que se han generado durante su mandato.

 Este tipo de dinámicas evidencia que romper el techo de cristal no es suficiente. El verdadero desafío es sostenerse en la cima, especialmente cuando el propio ascenso se produce en un contexto de adversidad. La conversación sobre la mujer en el poder debe ir más allá de los nombramientos y analizar las condiciones en las que se producen y el apoyo real que reciben estas líderes.

¿Cambio estructural o solo cambio de nombres?

La pregunta clave que deja la salida de Nygaard-Andersen es si su nombramiento fue el inicio de una transformación cultural real en Entain y en el sector, o simplemente un cambio de nombres en la cúpula. La respuesta, por ahora, es incierta. La llegada de Stella David como CEO interina mantiene una figura femenina al frente, pero el fortalecimiento del consejo con perfiles masculinos tradicionales sugiere un posible regreso a estructuras de poder más convencionales.

Para que el liderazgo femenino se consolide, no basta con nombramientos aislados. Se requiere un cambio estructural que impregne toda la organización: desde políticas de conciliación efectivas hasta programas de mentoría y, sobre todo, una cultura que valore la diversidad como un activo estratégico y no como una cuota a cubrir.

Las cifras generales, los números sobre las mujeres en las empresas muestran que, aunque la presencia en consejos de administración ha aumentado, los puestos ejecutivos de máximo nivel siguen siendo un coto básicamente masculino. El sector del gambling tiene ante sí la oportunidad de liderar un cambio real. Empresas como Entain pueden optar por continuar la senda de la modernización, asegurando que la diversidad en sus equipos directivos sea profunda y duradera, o pueden volver a modelos de gestión que, aunque exitosos en el pasado, pueden no ser los más adecuados para los desafíos del futuro.

Del símbolo a la realidad

El caso de Jette Nygaard-Andersen es un recordatorio de que el camino hacia la igualdad en la alta dirección está lleno de matices. Su nombramiento fue un avance simbólico innegable, pero su salida pone de manifiesto la fragilidad de estos logros cuando no van acompañados de un respaldo estructural sólido y de una voluntad de transformación que vaya más allá de la imagen corporativa.

¿Estamos, por tanto, ante una evolución real en el liderazgo femenino del gambling? La respuesta dependerá de los próximos pasos que den empresas como Entain. La verdadera prueba no será a quién nombren como CEO permanente, sino si construyen estructuras de apoyo sostenidas, si fomentan una diversidad con impacto real en la toma de decisiones y si el sector y la prensa especializada realizan un seguimiento crítico que exija más que gestos simbólicos. Solo así dejaremos atrás el simbolismo para construir un cambio tangible, profundo y sostenido en el tiempo. Tal y como afirma, Molina: “la diversidad no se mide solo en nombramientos, sino en cómo estos influyen en la toma de decisiones y en la transformación de la cultura organizacional”.