Tenerife entrará en 2016 sin incineradora, sin PTEOR y sin Francisco Hernández al mando

Juan Jesús González (*)

Carlos Alonso, el máximo responsable de que en Tenerife no se haya dado un paso en el desarrollo del Plan de Residuos (PTEOR) desde que se aprobara en 2009, ha dejado caer a Francisco Hernández (Paco) nadie sabe muy bien por qué a estas alturas de la película. Bueno, habrá mucha gente que lo sabrá y muy bien, yo ni idea porque hace unos buenos meses que no le sigo la pista a los asuntos referentes a intrigas palaciegas. De hecho no los he seguido nunca, aunque sí es cierto que siempre había alguien por ahí que te chismorreaba de aquí y de allá. Ya no, pero francamente lo agradezco bastante porque es algo que siempre me ha aportado mas bien poco. O nada.

Y es que la cuestión, señor Valbuena y señor Alonso, no es si está Paco en un puesto o en otro casi tres lustros después de que colectivos y administración comenzáramos a elaborar el Plan de Residuos en el primer proyecto verdaderamente participativo (para mí que el único) que ha emprendido ese Cabildo Insular gracias a la iniciativa y disposición de Wladimiro Rodríguez Brito.

Y Paco, con sus rollos y sus historias, estuvo ahí y eso salió adelante con el esfuerzo de muchas personas. De por qué se quedó todo en papel mojado, absolutamente todo, yo lo desconozco aunque es más que evidente que no es Paco ni el único ni tan siquiera el máximo responsable. Es más, cuando teóricamente se ha puesto en marcha una comisión de seguimiento en la que participan todas las partes, cuando técnicamente las decisiones son supervisadas y propuestas por todos y por tanto Paco estaba más controlado que nunca y tenía que dar cuenta de todo ¿hasta qué punto ese cese ahora era prioritario? Ellos sabrán, pero suficientemente explicado no queda el tema.

¿Por qué no le gustaba a los ecologistas como dice Valbuena? Hombre, a los ecologistas parece ser -digo ‘parece ser’ porque no se crean que yo me aclaro mucho ya con ese tema- que no les gusta el puerto de Granadilla, el anillo insular, la segunda pista del aeropuerto de Sur, los trenes, el circuito de alta velocidad de Atogo, la regasificadora... y todas esas cosas las apoya y las seguirá apoyando el señor Valbuena.

Sí es cierto, a mí tampoco me pregunten por qué, que a los ecosocialistas les cae mejor Valbuena aunque haga y defienda lo mismo o más y peor como ocurre ahora en precampaña con la otra pista para el Reina Sofía donde hasta el propio Alonso ha dicho que no hace falta cuando en abril amenazaba con toda clase de males y maleficios si no se metía mano al tema inmediatamente. Pero con este ganado tenemos que arar.

Sí digo, para ser sincero y expresar lo que uno siente ya casi o totalmente desde fuera (donde me han puesto realmente los ecologistas o ecosocialistas que se suponía estaban o defendían algo parecido pero que en algunos casos sólo hacían caja mientras tú te partías el lomo y te llevabas las cachetadas) es que sí que es verdad que fui el único que se plantó en la comisión de seguimiento del Plan y pidió públicamente la dimisión no sólo de Paco, como responsable técnico, sino la del inútil responsable político, nombrado por Carlos Alonso, que estuvo al frente de un asunto de tal trascendencia durante la última -perdida- legislatura sin tener ni zorra idea del tema.

¿O quién asume la responsabilidad política de la paralización y la nula implementación del PTEOR que aprobara por unanimidad el Pleno del Cabildo Insular a principios del 2009? ¿Es el responsable técnico, precisamente el que sacó adelante el Plan, el único culpable de este verdadero desastre? ¿Dónde ha estado el partido del señor Valbuena durante todos estos años además de defendiendo la incineradora como única salida posible? Francamente, algo mayorcitos somos todos ya para creernos esas historias por muy poderoso que pudiera ser Francisco Hernández que, en todo caso, no ejercía otro poder que el que desde la presidencia del Cabildo se le consintió en cada momento. Pero el PTEOR es obvio que no lo paralizó Paco y ese es el verdadero problema al que nos enfrentamos. ¡No tenemos Plan! O lo hemos convertido en papel mojado lo cual es hasta más lamentable, y hemos perdido casi tres lustros en dimes y diretes sin llegar a nada concreto. ¿Valbuena va a empezar de cero otra vez o con cargarse a Paco es suficiente para invertir semejante despropósito?

En fin, que ya les digo yo que mal pinta la cosa. Se han cargado a Francisco Hernández con deshonor, sin necesidad alguna en las formas cuando en realidad el hombre se lo curró y consiguió un nivel de consenso nunca antes visto en esta tierra en asunto estratégico alguno. Y es evidente, para el que quiera ver las cosas con cierto grado de imparcialidad, que en el PSOE -entre otros muchos- se han hecho la picha un lío con el asunto de la gestión de los residuos y nunca su mano derecha ha tenido claro lo que hacía o quería su mano izquierda.

De este modo lo mismo te defendía la incineradora, en el PTEOR que aprobaron está, que la negaban repetidamente como hiciera el mismísimo San Pedro cuando los romanos le preguntaban por Jesucristo. Pero lo más lamentable del asunto es que todos los que levantaron la mano para aprobar el Plan por unanimidad en 2009 se han echado atrás y han puesto a la Isla de Tenerife en una situación complicadísima donde la planificación no se corresponde para nada con los supuestos nuevos objetivos de Valbuena que, por otro lado, todo el mundo desconoce más allá de su 'aparcamiento' de una incineradora que estaba ya aparcada desde hace rato. Incineradora que nos caerá encima irremisiblemente como ese plan, o cualquier otro, no se ponga a caminar a toda máquina desde ya y es obvio que los tiros no van por ahí en absoluto. Que precisamente ese es el problema que tenemos, que nos sobra casi de todo menos tiempo para seguir mareando la perdiz y sólo la crisis nos ha salvado de estar quemando ya por la reducción drástica en el consumo y en la generación de residuos.

Cuando parecía que la sociedad de Tenerife había tomado el control de la gestión de residuos al haberse constituido -con un retraso inaudito eso sí y porque fundamentalmente desde esta web nos pusimos en pie de guerra mientras todo el mundo miraba para otro lado- las comisiones de control que el propio PTEOR establecía, ahora resulta que el problema era Paco Hernández.

Ahora viene a resultar que el gran héroe que consiguió que todos los grupos políticos aprobaran un plan de residuos por unanimidad y que los colectivos sociales, con discrepancias eso sí, lo asumiéramos como parte y resultado de un larguísimo proceso participativo, resulta ser el gran villano. Y ya les digo yo que no, que ni una cosa ni la otra, Paco ha sido lo que los políticos en su despreocupación absoluta por un problema de tanta trascendencia han querido que fuera. Nadie le marcó nunca ninguna directriz clara en este tema, que en este caso no debiera ser otra que la del cumplimiento escrupoloso de los plazos y objetivos marcados por el PTEOR. Es más, cuando se pusieron sobre la mesa las infraestructuras previstas y los modos de financiación simplemente lo llevaron a la mesa de sacrificios y lo traicionaron de todas partes. Vamos, que Valbuena sólo ha tenido que pegar el último soplido y sin mucho esfuerzo, aunque las consecuencias están por ver.

Eso sí, hay que ver la cantidad de personajes que se ha tropezado uno rondando en este tema de los residuos, fundamentalmente por intereses crematísticos, y que llevan años intentado meterle la zancadilla a Francisco Hernández como origen de todos los males habidos y por haber pero que se escondían cobardemente cuando de dar la cara se trataba.

Por mi parte estoy tranquilo porque en su momento y delante de todo el mundo pedí la dimisión no sólo de Paco sino, principalmente, del responsable político Miguel Díaz-Llanos ientras mis ‘colegas’ agachaban la cabeza por si les alcanzaban las cachetadas, una muy buena persona seguramente el tal Díaz-Llanos pero totalmente ignorante en la materia y al que Alonso puso a gobernar los residuos estos últimos cuatro años. Probablemente los cuatro años más lamentables y más improductivos de la reciente historia de Tenerife en materia de gestión de residuos cuando tenían en la mano una poderosísima herramienta para llevar a cabo un cambio radical.

Ni quinto contenedor, ni plantas de compostaje comarcales, ni puntos limpios, ni clasificación de envases en el Norte ni en el Sur, ni campañas de sensibilización con fundamento, ni objetivos de reducción y reciclaje, ni organismos de control previstos en el Plan sino a prisa y corriendo en el último momento... sólo un minipunto limpio que fue visto y no visto -para tirarse la foto- en el centro de Santa Cruz y que el PSOE también vio bien aunque era un completo disparate por inútil y peligroso. ¿Quedan enjuagadas las responsabilidades políticas con el cese, por las malas, del técnico al que nunca nadie cuestionó porque llevaba un asunto que en el fondo a todos les importaba poco menos que un carajo? Francamente, el despropósito es de tal calibre que el tema huele más bien a cortina de humo y a luchas de poder que al interés general de la isla de Tenerife importan más bien poco. Dirección política es lo que necesitamos y es justamente de lo que carecemos.

(*) Miembro del Foro contra la Incineración