Demencia senil. Una enfermedad imposible? X

Lic. Horacio Serfilippo (*)

Al principio de estos escritos, les mencione que me explayaría en cómo debe plantearse un cuidado compartido, o sea entre varios, de un enfermo senil.

Si bien el trabajo se vuelve menos estresante al ser menos horas, no deja de ser complejo, pues al momento de organizarse deben estar bien coordinados.

En general, este tipo de equipos son dirigidos por un psicólogo, pues tiene la misma estructura que la de un grupo de acompañantes terapeuticos, pero diferente organización.

Para este tipo de equipos se deben tener en cuenta y respetar varias cosas. La primera, las horas que cada uno tendrá en su turno. La segunda el horario de entrada y salida, el cual debe respetarse. La tercera es que cada uno que deja su turno debe informar aquellos hechos trascendentales que se dieron durante su turno, y que atañen al enfermo. La cuarta es que los turnos serán rotativos, teniendose uno o dos días de descanso.

Este es a grandes rasgos el encuadre de una organización para el cuidado de un enfermo, y debe respetarse de manera estricta pues el cuidador pasa mucho estrés, sea familiar o no, pues su tarea es de mucha responsabilidad.

Y si para el encuadre hay que ser cuidadoso, más lo deben ser con su contenido. Para esto las personas integrantes del grupo de cuidadores, deben ser debidamente entrenados para que funcionen bien coordinados y con una comunicación fluida.

Lo que se debe tener en cuenta, cuando se arma un equipo de estas características, es que todos deben ser coherentes al tratar con el enfermo, pero a su vez la conducta de cada uno debe ser la misma en cada turno.

Piensen que le sucedería a un enfermo, con los problemas neurológicos que presenta, si cada cuidador le dice lo que le parece o sigue su línea propia de cuidado sin seguir las directivas dadas. Lo que pasaría es que tendríamos un enfermo que empeoraría rápidamente.

Les doy el ejemplo tomado del artículo anterior, donde a la persona se le incentiva a que pueda ponerse solo/a la camisa. Imagínense que un cuidador lo incentive, y el de otro turno, por hacer más rápido, lo anule en esa iniciativa, o cambie el orden de como se pone la prenda. Ya tendríamos un caso de disfuncionalidad que haría que el mismo equipo no progrese, ni vea progresos en sus pacientes.

Por ese motivo es necesario que al momento de la seleccion saber muy bien la clase de personas que se busca, sus características personales y que se quiere lograr con ese equipo.

Es preferible buscar gente sin experiencia, pero que esté motivada, pues uno los capacita y moldea a sus necesidades. Una persona con experiencia es mucho más difícil que se adecue, pues trae un bagaje de aprendizaje previo, con una rutina de trabajo que solo puede boicotear el enfoque que el coordinador quiera darle. Esto que digo no es un prejuicio, es experiencia de trabajo.

Cuando se los capacita, se les da un entrenamiento básico, con un bagaje de herramientas que les sirva para poder desempeñarse. También se hace prácticas que les permita dar uso a todo aquello que han aprendido.

Este aprendizaje es útil para poder ser aplicado a cualquier caso para el cual sean contratados. Luego el coordinador se encargará de amoldarlos y prepararlos para el caso en particular.

Cuando se trata de una persona con demencia senil, el equipo debe estar enfocado en varios aspectos, sobre los que escribí en los anteriores artículos. Es decir, cada cuidador deberá tener como premisa básica y fundamental el ejercitar cognitivamente al enfermo. Esto es usar elementos que a la persona aun lo motiven, puede ser televisión, jugar a los naipes o cualquier juego de mesa, leer o leerle, escuchar radio, etc. Y luego conversar sobre lo visto, escuchado o hecho. Cada ejercicio comienza y termina con ese cuidador, pues el sabrá si el enfermo captó o no la información. Esto es importante, pues un cuidador no se limita a cuidar solamente, debe también promover salud.

Cada cuidador en su turno debe tener ya una hoja de actividades que deben ser ejecutadas, y sobre ellas deberá informar a quien lo releva, pero también al coordinador, pues dependiendo de los resultados es cuales son los ajustes que debe hacer, o no.

La rotación en los turnos es para que cada uno sepa hacer lo que los demás compañeros, pero además es para evitar caer en una habitualidad que no siempre resulta sana.

Lo que se busca es que el rendimiento del equipo de cuidadores sea mayor que si se tratara de una sola persona, pero además tiene que tener la coordinación que tendría una sola persona, en donde este último maneja y administra toda la información, y hace los ajustes necesarios. Téngase en cuenta que toda esta información está repartida entre los cuidadores, por eso el nivel de comunicación entre todos, y a su vez con el coordinador, debe ser de excelencia.

Por el momento cerramos aquí estos artículos. En un futuro me detendré a profundizar algunos temas puntuales de esta enfermedad. Seguimos en la próxima. Ante cualquier comentario o consulta, mi correo es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

(*) Psicólogo y articulista