Demencia senil. Una enfermedad imposible? IV

Lic. Horacio Serfilippo (*)

Cuando me detengo a reflexionar sobre la vida del cuidador, que está gran parte del día dedicado al cuidado de su ser querido. Y digo ser querido, por que en definitiva solo alguien que quiere mucho a otro puede hacer tamaño sacrificio.

Como les decía, reflexiono y saco conclusiones. Es necesario tener un  gran temple para enfrentar el día a día. Lo cual para poder hacerlo hay que tener actitud positiva, que no quiere decir aferrarse a imposibles. Lo imposible solo existe en nuestra mente, cuando nos sorprendemos de que sucedan cosas para la cual no estamos preparados, ni esperamos. El demente senil es eso, un artista de lo imposible, aquello que no esperamos que haga, lo va a hacer. Por eso un cuidador debe estar preparado para entender que hace lo que puede y muchas veces lo que le sale, por eso no debe frustrarse.

Hablamos en el anterior artículo sobre comida y bebida. Pasemos ahora a lo afectivo.

A medida que en el enfermo los aspectos racionales van cediendo terreno a lo emocional, muchas de sus manifestaciones afectivas se vuelven menos creíbles y otras dan pie a la confusión. Y otras son ciertas, aunque muchas en su interpretación  resulten ser equívocas por parte del enfermo.

Por eso hay que tener los sentidos muy atentos, y la paciencia muy controlada, para poder entender ciertas reacciones.

Un anciano puede enojarse, pero muchas veces verán que es por una interpretación errónea de la realidad, o tal vez esté alucinando. Muchas veces ese enojo tiene aspectos paranoides, lo cual hace difícil poder conseguir algo en esa situación. A veces dormir les hace bien, permitiendo que esa manifestación emocional desaparezca. Si está durmiendo, es conveniente despertarlo suavemente, pues si tiene una pesadilla en ese momento, al despertarlo bruscamente, se puede mezclar la fantasía con la realidad, y las reacciones pueden ser malas.

Un demente senil puede deprimirse, el problema está en poder diferenciarlo de su conducta normal de todos los días. Evidentemente si su enfermedad no está muy avanzada, podrán distinguir si está o no deprimido.

Como las manifestaciones emocionales son caóticas, en cierta etapa de la enfermedad, es más complicado poder saber si está ansioso, con pánico, excitado o simplemente algo inquieto.

Cuando esto suceda, lo mejor es hablarle, preguntarle qué le pasa, siempre con suavidad y afecto. Esta conducta suele calmarlos un poco. Acariciarlos y darles cariño es una buena fórmula para tener resultados satisfactorios.

Les doy un ejemplo. Las mujeres seniles, aunque enfermas, no pierden el sentido del pudor. Si quien la cuida es hombre, va a ser más complicado tratar con ella cuando tenga que ir al baño o higienizarse. Es probable que reaccione mal si quieren bajarle la ropa para que se siente en el váter. Puede hasta pegarle a quien la cuida, protestar, insultar, etc.

Las reacciones emocionales se vuelven cada vez más básicas.

Puede pasar que uds. vayan a despertarlo, y que los acaricie o les dé un beso. Todo depende de como se entre a la habitación, pues así lo va a interpretar el enfermo. Parece imposible, pero son más perceptivos de lo que pensamos. Si el cuidador está nervioso, el enfermo lo estará también. Por eso es importante que vivan en un ambiente tranquilo, sin sobresaltos ni gritos.

Lo poco racional que les queda, es su particular manera de interpretar y entender lo que ven. Posiblemente se rían o se sonrían ante algo que decimos. O por ahí se nos ocurre hacer algún movimiento gracioso y se sonrían. Todas esas pequeñas manifestaciones de racionalidad deben buscar de repetirlas, para que no se pierdan. Van a encontrar que si uds logran sostener un ambiente equilibrado en horarios, conductas, emociones y todos esos aspectos que hacen al trato diario con el enfermo, van a ver que todo se hace más fácil.

Si tuviera que metaforizar lo que sucede con el enfermo, diría que es como si nosotros estuviéramos viendo la realidad a través de un tubo, el cual cada vez se estrecha y alarga más, mientras el resto la vemos sin obstáculos. Si intentamos entendernos, sin comprender el impedimento que esta persona tiene, diríamos que está loco. Veríamos una persona que dice y describe cosas sin sentido, y que además se descontrola emocionalmente. Por eso yo les decía anteriormente que uds son el único nexo que tiene el enfermo con la racionalidad, y que es necesario que la refuercen por que es lo primero que se va perdiendo.

No dejen de preguntar cómo se siente, si durmió bien, y toda pregunta corta y simple que se les ocurra, y que pueda forzar a la persona a que deba dar una respuesta racional. Jamás la contradigan o peyoricen lo que dice, aunque sea erróneo, aquí de lo que se trata es de sostener y perpetuar aspectos racionales que de a poco se irán perdiendo. Tal vez me repita, y no me cansaré de hacerlo, pero el fin de todo esto es ralentizar el proceso para darle posibilidad a la persona de una mejor calidad de vida.

Respecto al cuidador, las emociones también están comprometidas, pero de otra forma diferente. Él debe llevar adelante dos batallas. La primera es sufrir el ver como se degrada poco a poco el ser querido, y no hay distracción que pueda mitigar lo que sucede el resto del día de convivencia. La segunda es aceptar que él mismo puede fallar y equivocarse. Y esta frustración es mayor, si la persona ha tenido hacia sí mismo un nivel alto de exigencia y excelencia en su rendimiento. Digo esto por que, al estar solos en los cuidados, el estrés va a comenzar a afectarlos. Seguimos en la próxima. Ante cualquier comentario o consulta, mi correo es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo." target="_blank">

(*) Psicólogo y articulista