¿Por qué se protegen los eucaliptos en La Palma mientras cortan por el tronco las palmeras canarias casi centenarias?

Foro contra la Incineración

Cuando vea a Jorge González, secretario de organización del PSOE de Canarias y responsable de carreteras del Cabildo de La Palma, se lo pienso preguntar porque yo contra el hombre no tengo nada en lo personal y casi que en lo político tampoco, conmigo no se ha metido y sus cositas buenas entiendo que hizo por Breña Alta, fundamentalmente en los primeros tiempos que quizás de eso haga demasiado ya, que parece que esto es una cosa para toda la vida y no debería. Yo no voy a discutir sus buenos proyectos. Sí es cierto también que yo creo, pero eso es una forma de pensar muy particular, que algunos de los árboles o palmeras de las que se ha cargado por ahí sin motivo sensato alguno representaban más para la memoria colectiva del municipio que la que probablemente quedarán de él y de veinte políticos como él dentro de 50 años. Pero ya digo, así es como pienso yo y por eso me indigna tanto la alegría con la que se permiten atacar a nuestro patrimonio natural más valioso y representativo.

Y yo no sé, no lo conozco tanto aunque tirábamos piedras y matábamos lagartos en el barranco de San Miguel de chicos, qué mala experiencia ha tenido este hombre con las palmeras y por qué las destruye mientras protege especies de todo punto de vista dañinas como el eucalipto. Qué les está pasando por la cabeza a esta gente en la isla que se dice Reserva Mundial de la Biosfera, por qué no son capaces de respetar lo que nuestros abuelos sembraron ahí y regaron en la época de la miseria, cuando estuvo a punto de desaparecer el monte para quitar leña para cocinar, hasta que llegó el butano,  pero la gente entendía que no se podía destruir todo y lo protegían.

En fin, en la foto les pongo la imagen de las palmeritas que quedan en El Porvenir, después de el destrozo que hicieron con sus hermanas gemelas unos metros antes, porque quizás cuando vuelva por Los Indianos o en verano ya no estén, como me pasó con el pino monumental del Camino del Roble. Por el amor de Dios, que impere el sentido común y la sensatez que esto no es un asunto de política, es un tema de apego a lo más básico de las cosas nuestras. ¡Ya está bueno don Jorge! ¡Aflooooooja!