Nepal: tierra de semillas olvidadas

Rafael Lutzardo (*)

Algo tiene Nepal que cuando pisas por vez primera el aeropuerto de Katmandú la forma de pensar cambia de manera sorprendente. Mi experiencia en el citado país asiático con la Organización humanitaria Dona Vida, en el 2015, resultó ser todo un acontecimiento de algo nuevo y sorprendente. Pese a todo el desastre que ocurrió y como quedó gran parte del país nepalí, motivados por los dos grandes terremotos del 2015, Nepal me contagio de valores, sabiduría, humanidad y amor.  Mis ojos eran como un gran monoplaza de Fórmula 1. No paraban de girar de un lado para otro. Querían verlos todo, cada lugar, cada rincón. El mundo budista llamaba mi atención por su forma de meditar. Sin duda, el budismo es mucho más que una escuela de filosofía, es una propuesta coherente de pensamiento, palabra y obra para la liberación de la insatisfacción profunda.

Mientras tanto, el equipo de voluntarios de Cooperación Internacional Dona Vida, en sus múltiples trabajos por salvar vidas humanas, me llevaban de un lado para otro, con el objetivo de solucionar muchos problemas de Salud Pública con aquellas personas que no tienen derecho a la Educación ni a la Sanidad como son: los intocables, dolis o parias.  Una gran experiencia que me sirvió para introducirme en la magia del mundo de Nepal. No oculto que para mi todo era nuevo. Los gatos, los perros y los monos me parecían diferentes a los que veía en Occidente. Pero sobre todo, los niños. Esas criaturas que de no tener nada, ten de todo. Es decir, amor, valores sonrisas, cariño y abrazos. 

Por otro lado, cierto es que Kamand es una ciudad contaminada por  los peores niveles de contaminación de su historia. Con partículas de polvo flotando por todas partes, motivando el aumento de las enfermedades respiratorias. El nivel de contaminación en Katmandú ha superado con creces el mínimo aceptado por la Organización Mundial de la Salud. Los trabajos de reconstrucción que siguieron al terremoto de 2015, los proyectos de ampliación de las carreteras y los trabajos de construcción de oleoductos asociados con el esperado Melamchi Water Supply Project (MWSP) han aumentado la contaminación que ya emitían cientos de hornos de las fábricas de ladrillos construidos por toda la ciudad y los vehículos que congestionaban las carreteras de Katmandú.

De la misma manera, la forma de tazón del valle de Katmandú restringe el movimiento del viento y ayuda a que estas sustancias contaminantes se queden en la atmósfera, lo que la vuelven más vulnerable a la contaminación del aire en el invierno, según la ONG Clean Air Network de Nepal. Pese a todo ello, Nepal te rodea con su cultura, sus templos budistas, que aunque la mayoría de ellos fueron destruidos por el terremoto del 2015, todavía se respira un ambiente de divinidad y respeto.

Por otro lado, ser mujer en Nepal no es una tarea fácil. La mujer representa el 52% de la población de Nepal y éste es uno de los tres países en todo el mundo donde la mujer tiene menos esperanza de vida que el hombre. La sociedad de Nepal está basada en un régimen patriarcal dónde la mujer depende íntegramente de su padre y su marido. Hasta que la mujer nepalí contrae matrimonio, su papel en el hogar es el de servir, junto con su madre, a su padre y sus hermanos. Esta situación coloca a la mujer de Nepal en un estatus inferior. El acceso a la educación rara vez se puede ver en las mujeres nepalís y, por consiguiente, más del 80% de las mujeres con 15 años de Nepal  nunca ha ido a la escuela y solamente el 4% logra acceder a la enseñanza secundaria.

La división de castas también es determinante para que la mujer pueda o no recibir una educación. Las familias de las castas más altas tienen mucho mayor acceso a las escuelas e incluso varias de las niñas de familias adineradas han logrado acceso a algunos puestos en el Gobierno o el sector privado. Cuando una mujer contrae matrimonio en Nepal, su papel pasa a ser el de servir a la familia del marido. No tienen ni voz ni voto. No puede opinar. En muchos casos, las mujeres de Nepal desean tener un hijo varón para que en un futuro traiga a la familia a otra mujer y deje de recaer todo el peso de la casa sobre la madre. 

A pesar de todo esto, el papel de la mujer en Nepal es trascendental para el desarrollo del país. Las mujeres nepalís se caracterizan por ser mujeres muy trabajadoras que luchan cada día por sacar a su familia adelante. Las mujeres de Nepal no están escondidas ni recluidas en sus casas como ocurre en otros países sino que es típico verlas charlando y riendo entre ellas por las calles de Nepal.

Así pues, al margen de la extrema pobreza, Nepal tiene lugares y rincones maravillosos. Paisajes que te invitan a mirar cada mañana un nuevo amanecer y por la tarde, un atardecer. Manantiales de agua pura y cristalina; dibujando preciosos lagos naturales que engalanan los alrededores de los valles y poblados.  Mientras tanto, un fiel y leal vigilante inanimado hacer “guardia” de día y de noche como es el majestuoso Himalaya.

(*) Escritor y periodista