Prólogo a Felipe Juan

Antonio Morales Méndez (*)

Me satisface reconocer una trayectoria artística muy significativa de Felipe Juan que se ha distinguido por su contribución plástica y que en esta ocasión nos ofrece un libro lleno de sugerencias. En su creación transmite desde sus comienzos alegría, espontaneidad, humanidad y cercanía a la Naturaleza. Son dimensiones que necesitamos especialmente en un tiempo de abuso del materialismo y de olvido de los valores personales.

Transmito mi felicitación más afectuosa a la edición de esta Retrospectiva que recoge veinte años de creación esforzada, entusiasta y ligada a los tesoros que tiene nuestra tierra. No es fácil permanecer tanto tiempo en una tarea desprendida que solo pretende comunicar y relacionar sentimientos que compartimos quienes tenemos la suerte de convivir y sentir juntos. Ese trabajo desinteresado es de más valor porque habla de autores generosos que saben de la importancia de difundir lo que vivimos en nuestro interior.

Por eso me dirijo directamente a Felipe Juan, agradeciendo tanta sensibilidad e inspiración que siempre vienen acompañadas de la observación, de la constancia y de la resistencia a la incomprensión y la soledad. Mi felicitación también se justifica por el aprecio especial que demuestra a cada uno de nuestros municipios, rincones y bellezas de Gran Canaria.

Deseo que quienes disfruten de esta obra encuentren inspiración para descubrir los ecos que todos llevamos dentro y que hablan de sueños, de amores, de amistades, de belleza, de felicidad, en definitiva. Estoy convencido que la cultura nos hace más felices porque nos humaniza y además, nos une a quienes junto a nosotros, viven los conflictos, los deseos, las aspiraciones que nos hacen más personas.

Se edita esta obra en un momento que Gran Canaria vuelve a mirar hacia el verde de sus cumbres, hacia el azul de su cielo, hacia la lava de su costa, porque reconoce que en su extraordinaria naturaleza está el camino del futuro y del progreso. Parece una feliz coincidencia o un encuentro acertado, en el reconocimiento de que el camino tiene que ser la sostenibilidad y la recuperación de una riqueza natural que fundamente todas nuestras esperanzas. Es muy ilusionante que el camino del arte, de la poesía, de la sociedad y las administraciones públicas coincidan en recorrer caminos hacia las mismas metas.

El contenido de esta obra revitaliza, el mensaje que transmite genera ilusiones, la trayectoria del autor merece reconocimiento y además se pretende dedicar lo recaudado a necesidades sociales que verán agradecidas esta aportación. Son razones sobradas para ensalzar la iniciativa y reiterar una felicitación entusiasta al autor y a quienes han hecho posible esta importante contribución cultural.

Enhorabuena.

(*) Presidente del Cabildo de Gran Canaria