Noemí Santana visita el IES Saulo Torón, un centro de 1969 que lleva 30 años pidiendo nuevas instalaciones

Ante la dejadez de la administración, la comunidad educativa se manifestó el pasado marzo

EDDC.NET / Las Palmas de Gran Canaria

La accesibilidad brilla por su ausencia y los estrechos pasillos hacen inviable una evacuación de emergencia segura. Noemí Santana elaborará una pregunta al respecto a la consejera de Educación, Soledad Monzón. 

El suelo de muchas aulas se encuentra roto o parcheado. Los altos ventanales son peligrosos por su antigüedad, “ya se han caído encima de algún alumno”, aseguran desde el centro educativo.

La secretaria general de Podemos Canarias, Noemí Santana, visitó Gáldar en el marco de la ‘Ruta 88’, una iniciativa con la que pretende recorrer cada municipio del Archipiélago para conocer las demandas y necesidades de la población. En Gáldar llevan más de 30 años luchando por un nuevo instituto que albergue unas condiciones mínimas para el normal desarrollo del trabajo educativo.

“Tenemos un solar de 12.000 metros cuadrados en la zona de el barranco y, como encontraron restos arqueológicos, con esa excusa han estado 30 año sin hacer nada”, le contaron miembros de la comunidad educativa a Noemí Santana. 

Lo cierto es que después de muchos años de lucha, el terreno está, el proyecto también y la partida presupuestaria se cifró en dos millones de euros. ¿Qué es lo que falta entonces? Desde el IES dicen que “voluntad política”.

Santana recorrió el centro y vio cómo los pisos de varias aulas se encuentran en un estado lamentable, rotos y parcheados, además de que los ventanales son peligrosos: “Ya se han caído encima de algún alumno”. 

Uno de los problemas más graves es la falta de accesibilidad, ya se han dado casos de alumnos que se han tenido que matricular en Guía porque el centro no tiene las infraestructuras adecuadas para personas con movilidad reducida. 

La diputada del grupo morado en el Parlamento elaborará una pregunta para aclarar qué es lo que falta para que se coloque la primera piedra y se comience por fin a construir un centro educativo que Gáldar lleva reclamando desde hace más de 30 años. 

Pasillos estrechos, un solo baño para 700 estudiantes e instalaciones de 1969 que incluso mantienen el estrado en algunas aulas, conviven con una potente red wifi de fibra óptica, pizarras digitales y tablets. 

“Cuando llueve, este es el espacio techado que tenemos”, señalaron los miembros educativos a una pequeña parcela del patio. El salón de actos y el gimnasio se encuentran en el mismo recinto, teniendo que apartar sillas para utilizarlo como sala deportiva y que colocarlas de nuevo para los eventos que se necesiten. En el lugar tienen butacas donadas por un antiguo cine.