Inspección de Trabajo vuelve a la Autoridad Portuaria para seguir investigando las presuntas irregularidades laborales cometidas por su presidente, Ricardo Melchior

Es la segunda vez en menos de un mes y comienza a preocupar en Madrid este asunto

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Días negros y con espesos nubarrones sobre la Autoridad Portuaria. Un cada vez más colérico y acorralado Ricardo Melchior, el peor presidente que se recuerda y ya es un record, ve como se va agrietando su muro de protección, sus componendas, sus imposiciones y sobre todo su desprecio más absoluto a la legalidad y a cualquier comportamiento ejemplar en su actividad pública.

Pero no hay que menospreciarlo. La complicidad ‘sospechosa’ de los servicios jurídicos de la Autoridad Portuaria, la fiereza de su guardia de corps, todos avasallados a cuenta del dinero público y sobre todo la red de favores que forjó cuando era presidente del Cabildo y las informaciones que maneja de unos y otros dentro y fuera de su partido, CC, hace que sea un elemento bastante peligroso, aunque le ronden amenazas serias, tanto desde el poder judicial como el poder central, es decir, la administración estatal, Madrid, para entendernos.

Ya hemos glosado un catálogo de sus desmanes. Hemos empezado por su gestión de Personal, hecha a la antigua usanza: yo soy Dios y todos los demás, unos mierdecillas comprables y sumisos. Y como es lógico ha acabado en el juzgado y como no en la Inspección Laboral.

Ayer el presidente se quedó de piedra, estupefacto, al ver como su muro de protección se derrumbaba encarnado en forma de inspector de Trabajo, que se personó en las instalaciones de la Autoridad Portuaria, pidiendo papeles, hablando en distintos despachos con funcionarios y citándolos para que lo vayan a ver.

Los gritos eran descomunales. Ricardo Melchior ve como Madrid no le teme. Ve como lo desafían y ve además que los que lo rodean, si sigue así, pueden verse salpicados, si cae, como parece que puede ocurrir.

Pero como ya hemos anunciado hasta la saciedad, hay más mucho más. Hasta una lista de ‘favores’. No tiene desperdicio, se los aseguro.