Perfil de un voluntariado de ayuda humanitaria

Muchas personas piensan que un voluntariado de Cooperación Internacional Humanitaria es una aventura veraniega; una experiencia para buscar protagonismos personales. Incluso, para olvidar desencantos o fracasos amorosos. Nada más lejos de la realidad. Una ONG es un servicio de voluntariado asociado a un conjunto de acciones creadas para mejorar la calidad de vida de las personas con necesidades diversas. Es por ello, que el voluntario debe respetar las reglas más elementales de una organización humanitaria. Entre ellas, no está autorizado a pedir ni a aceptar honorarios, donativos, préstamos, regalos, ni ninguna otra contraprestación que se pueda interpretar como pago por sus servicios. Tampoco, deben de actuar bajo los efectos emocionales de dejarse llevar tan solo por la buena voluntad (voluntarismo), sin estar  preparado para ejercerlo. Actuar de un modo poco diligente y eficaz, puesto que se ofrece un servicio gratuito. Sentir compasión o sentir lástima por quienes ayudamos, en lugar de actuar por sentido de justicia. Crear dependencia o clientelismo en quienes ayudamos (asistencialismo). Inculcar inconscientemente las propias ideas personales. Hacerlo conscientemente como medio proselitista para inculcar unas ideas concretas: sean políticas, religiosas, culturales o sociales. Ser voluntario como medio de obtener una cualificación profesional, para mejorar currículo.  Ser voluntario porque no sabe qué hacer, para llenar su tiempo. Ser voluntario por curiosidad, para experimentar cosas nuevas. Valorar más el tiempo que se entrega que el modo en que se actúa. Fomentar el desánimo o desesperanza en quienes tiene a su alrededor, por una visión pesimista del mundo. No mantener el secreto y confidencialidad debidos sobre lo que se conoce, sea de las personas o situaciones. Apegarse demasiado a las personas y los problemas vividos, llegando a la fragilidad personal. Actuar con excesivo individualismo, sin querer ceñirse a una labor programa realista y factible. Po otro lado, una sólida implicación no está reñida con unos límites necesarios. La implicación del voluntario es, además de inevitable, muy necesaria para llevar a cabo una labor solidaria. El hecho de acercarse a una organización con intención de ayudar a otros ya significa una implicación mental previa con el servicio a los demás. No obstante, el exceso de celo y las ganas de ayudar pueden llevar al voluntario a considerar como suyos los problemas de los otros en un sentido negativo. Las situaciones problemáticas de los demás son principalmente suyas. El voluntario no debe llevarse los problemas a casa ni hacer más de lo que ha pactado en su compromiso o, al menos, consultar con la organización las acciones a realizar fuera del mismo. Para bien y para mal, el protagonista de los problemas es el marginado social. El voluntario es un acompañante que apoya silenciosamente y ayuda a que el otro, el protagonista, tome las decisiones que le afecten. Por otro lado, la organización debe crear una red de apoyos para que los beneficiarios estén bien atendidos sin “quemar” al voluntario. Al voluntario no se le pide que sea un héroe ni un santo ni que deje a su familia y a sus amigos, más bien se trata de integrar su servicio voluntario dentro de su vida normal, sin que esto cause distorsiones serias. ¿Qué tipo de cualificación se requiere? Cada perfil requiere deferentes habilidades y experiencias, pero se exigen al menos las siguiente las siguientes competencias: habilidades sociales; capacidad de adaptación, habilidad para trabajar en equipo, actitud respetuosa hacia los compañeros, tradiciones y costumbres ajenas de cada país donde vaya a colaborar, motivación para el desarrollo social, aptitudes para el voluntariado, ser tolerante, paciente y comprensivo. Así pues, muchos y diversos son las necesidades a las que muchas ONGs en el mundo tienen que enfrentarse. Es por ello, que el perfil de cada voluntariado debe de ser estudiado minuciosamente, partiendo de la base de su forma de ser, sentir y comprometerse en una misión con todas las consecuencias. Dependiendo de las necesidades de cada país tercermundistas, el voluntariado debe de adaptarse a sus costumbres, culturas, tragedias, miserias, hambres y enfermedades. Lo digo por experiencia como voluntario de Cooperación Internacional Dona Vida, cuando partimos con destino a Nepal en el año 2015, tras los terribles terremotos que dejaron más de nueve mil muertos.  Por último,  la labor de un voluntariado no termina en una simple misión. Es decir, la labor de un voluntariado requiere voluntad, compromiso y ganas de trabajar por todo aquello que se considere desigualdad en el mundo, especialmente en los países más pobres e ignorados por el resto de la otra parte del planeta tierra.DSC05347