Un empresario florido con intereses potentes en Arona y demás hizo una oferta a un alcalde socialista para evitar la salida de Mena del partido

Su poder es tan amplio entre los ediles rebeldes que afirmó que su supuesta candidata daría un paso atrás

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

“Un ramo de flores, caballero”, dijo antes de meterle una puñalada. Esa es la filosofía o mejor el modo en el que se mueve un empresario afincado en el municipio de Arona, aunque con ramas en toda las islas y que al contrario que Diego Cano, es realmente quien mueve los hilos, el que más motivos tiene para que en el Ayuntamiento se produzca el cambio que tanto anhela para ver no solamente protegidos sus intereses, sino aumentarlos a límites exponenciales.

Dicho empresario que tiene una trayectoria igualita a las flores caníbales que va dejando en los municipios en los que se instala como Adeje, ay mi madre Manolo como te lo hiciste o como te engaño el floristero o Los Silos, donde cansados del empresario han conseguido mandarlo a mover tierra. Sin embargo en donde CC tiene sus reales, dicho florero, perdón, empresario, se mueve como una anguila y come a dos carrillos, Arico, aunque ahí casi se lleva por delante a un ex concejal o San Miguel. Además tiene ramales en Lanzarote y ¡¡¡bendita casualidad!!! en los reinos de Blas Acosta en Fuerteventura (Agustín chico, tenías razón, pero a quien jodieron fue a Mena, no a ti).

Este empresario fitosanitario que sabe de plagas y como acabar con ellas, está metido hasta las trancas en la batalla contra Mena y los suyos, pero hasta el momento no ha salido a escena, al contrario que Diego Cano, que es más histriónico. Y como telonero de los rebeldes, de los díscolos, pues se va moviendo entre administraciones y donde se mete, por la vía de la concesión o la adjudicación de servicios, pues allí planta una vaina de ultracuerpos y se apodera de las voluntades de los que le abren la puerta.

Este el caso de un alcalde socialista de otra isla al que este empresario, después de ganar un contrato público en su Ayuntamiento y sabedor de sus relaciones en el Sur de la Isla, se sentó con él y le dijo que tenía una oferta que hacerle y que transmitiera a Mena y los suyos: si el alcalde se cargaba a sus asesores, especialmente uno de ellos, los rebeldes se dejaban de molestar, el partido también y lo más alucinante, la supuesta candidata de este bando, daba un paso atrás. Y se quedó tan ancho.

Como es natural la oferta se quedó en semilla sin fructificar. El empresario a pesar de este fracaso ha seguido en lo suyo y sigue moviendo hilos. Ahora toca moción de censura. Y ahí están los jardines colgantes dándolo todo. Y es que hay mucho en juego, sobre todo, euros, euros, que es lo que mueve a todos estos.