Policías locales, policías nacionales y guardias civiles que compran pastillas de Viagra a sus compañeros ‘corruptos’ de Adeje no denuncian estas ilegalidades

Los compradores que son policías y guardias como ellos, tienen mucho que ocultar

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

La trama de la ‘Viagra’ dentro de la Policía Local de Adeje que hemos desvelado ayer y que implica a varios agentes de este cuerpo de seguridad municipal, por otro, muy celoso de su integridad y de no estar implicado en asuntos oscuros, al contrario de otros que si tienen la fama y no el provecho, nunca mejor dicho, en estos casos, tiene otro añadido, más inquietante y es que además de la inconveniencia de la oferta, está en que algunos que protagonizan la demanda son miembros de otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que nada más enterarse de todo este asunto, deberían denunciarlo y acabar con todas estas ilegalidades.

Y es que esta trama es tan interesante, tanto como los que venden estas pastillas como los que las compran, ya que revela un mundo oscuro, lleno de corruptelas, de agentes que viven solamente para satisfacer todo tipo de pasiones, que aunque aquí no las condenamos moralmente, cualquier puede hacer con lo suyo lo que quiera, mientras no lo haga usando la fuerza o con engaños, si consideramos que se obtienen de manera fraudulenta y solamente para beneficio propio, para lucrarse y luego hacer de su capa un sayo.

Cada agente municipal compañero que les compra estas pastillas, tiene su historia, su movida, al igual que los policías nacionales y los guardia civiles, aunque también hay civiles y conociendo las circunstancias de cada uno (uno de los compradores habla demasiado en los bares que frecuenta y se las echa mucho), se puede entender esa sensación de impunidad y de pensar que jamás iban a ser descubiertos.

Ponemos el caso de uno de los compradores, también policía local de Adeje. Casado, pero con varias historias, algunas de ellas bastante comprometidas y compulsivo comprador de estas pastillas, cinco a la semana. Un buen negocio, entonces. Otro, separado, con hijos, pero con una adición a las pastillas descomunal. En fin, historias cotidianas, pero que nos conducen a una práctica que está fuera de la ley y que debe ser atajada, cuanto antes, por la Jefatura y por Alcaldía, que no pueden estar más ajenas a estos chanchullos. E igualmente todos estos policías, de moral blanda, corazón duro y ansias nocturnas.