Policías locales ‘corruptos’ de Adeje venden ilegalmente pastillas de Viagra a compañeros de otros cuerpos y conocidos

Cuentan con la complicidad de médicos privados y de una farmacia

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Un chancro corrupto corroe al cuerpo de la Policía Local de Adeje. Un grupo de policías sin límites, sin moral alguna, obsesionados con el dinero, el sexo y las sustancias de todo tipo, están manchando el trabajo del resto y propagan una idea malsana y perjudicial sobre los agentes municipales que se parten día a día el cuero, mientras estos ‘pollos’ despluman a todo el que trancan.

Una de las cosas más graves es que la gente duda de la integridad de los mandos y del propio alcalde socialista ante estos hechos tan graves, porque saben lo que está pasando y no toman medida alguna, lo que tiene preocupado a los que todavía en ese cuartel de Las Torres creen en la honestidad y que están al servicio de los ciudadanos y no al contrario.

Una de las ‘actividades’ de este somatén policial adejero es la venta individualizada de pastillas de Viagra, a cinco euros la pieza, a compañeros del cuerpo suyo y de otras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a conocidos. El negocio es tan rentable y les proporciona ingresos extras a quienes tienen altas demandas en sus vidas y que necesitan estos fondos para que puedan seguir bailando y demás historias.

Para atender las demandas de una población masculina inquieta y con ganas de fiesta, los policías locales cuentan con la complicidad de algunos médicos que tienen consulta y una farmacia concreta en el Sur de Tenerife, que les permite conseguir dos ó tres cajas de Viagra al mes y con ello, el suministro adecuado de pastillas a la carta.

Su sensación de impunidad es tan grande, tan notoria y tan ofensiva, que van alardeando de esta posibilidad, sin que hasta el momento nadie haya movido un músculo. Se creen nuevos dioses y sobre todo, les refuerza la pasividad de la Jefatura y la del alcalde, por otro lado, ya que quienes son sus ojos y oídos en la Policía Local, tampoco tienen demasiado interés en acabar con esta mafia.

Esperemos que esta venta ilícita de pastillas con tan alto riesgo cardíaco para quien las compra para tener long nights, se termine de una vez al conocerse las andanzas de estos individuos tan despiadadamente ilegales. Y que el jefe de la Policía deje de estar encerrado en su despacho, mirando siempre el teléfono por si lo llama ‘Fraga and The Wailers’ y que actúe de manera inmediata e investigue estos hechos.