Ministerio de Defensa ruso lidia con la oficina desarrolladora de los misiles Satanas en Ucrania
El contrato en cuestión fue firmado el 29 de agosto de 2003
EDDC.NET / Madrid
El Ministerio de Defensa de Rusia exige poner término al contrato con la oficina de construcción ucraniana ‘Yuzhnoe’ que desarrolla las tecnologías espaciales, según ha publicado la agencia de noticias Sputnik Mundo.
Asimismo, el ministerio ruso espera recuperar de la empresa más de 1.100 millones de rublos (20 millones de dólares); la audiencia tiene lugar en la Corte de Arbitraje de Moscú.
El contrato en cuestión fue firmado el 29 de agosto de 2003. Estipulaba que Yuzhnoe efectuaría trabajos de investigación y desarrollo (I+D) necesarios para extender la vida útil de los complejos Voevoda (según la clasificación de la OTAN, Satanas).
El demandante quiere recuperar de la parte demandada 183,6 millones de rublos por enriquecimiento injusto (en esta suma se estima el coste de las obras que nunca fueron realizadas), más de tres millones de rublos de interés y 915,6 millones de rublos como sanción por incumplimiento de las condiciones del contrato.
El representante de la oficina de construcción no ha reconocido la reclamación y ha pedido rechazarla por completo. Según él, la transferencia de los resultados de los trabajos de I+D a la parte rusa se detuvo debido a la introducción de una prohibición del gobierno de Ucrania a la exportación a Rusia de bienes y servicios para fines militares y de doble propósito en agosto de 2014. Según él, es una circunstancia de fuerza mayor, lo que se confirma con el correspondiente certificado de la Cámara de Comercio e Industria de Ucrania.
La oficina de construcción ucraniana ‘Yuzhnoe’ es una empresa que, junto con sus socios, desarrolla y ofrece proyectos integrales de alta tecnología, entre otros, en el ámbito del espacio. En particular, la Oficina ha estado desarrollando y manteniendo los cohetes-portadores ‘Zenit’, ‘Ciclón’, ‘Dnepr’, ‘Mayak’ y otros. La producción del equipo elaborado por la oficina se lleva a cabo en la planta ‘Yuzhmash’ en Dnepropetrovsk.
