Ser o no ser, he ahí la cuestión

Mientras que la derecha Española trata de etiquetar al PSOE como partido radical de derechas, el mismo PSOE trata de desmarcarse haciendo tratar de creer a la ciudadanía que ellos son una izquierda moderada, eso que ellos mismos llaman descaradamente, centro izquierdas. Está claro que en este país parece que existe un vacío ideológico entre la ciudadanía, un vacío de personas que no entienden mucho o nada de política, pero que al fin y al cabo son votos.

Esos que en términos estadísticos se llama votos indecisos, que representan a un buen número de votantes, que son vulnerables por carecer de conocimientos políticos y sin ideología afín, parece ser que son mucho más importantes que aquellos que entienden de política y si tienen principios ideológicos. Por lo tanto hay que buscar fórmulas atractivas para ese nido de votantes y sin sopesarse bien las consecuencias, se utilizan estrategias de todo tipo, que al no estar arraigadas en la memoria de los interlocutores políticos, se improvisan constantemente y les hacen caer cada día que abren la boca ante los medios de comunicación en graves contradicciones que vienen a enturbiar aún más si se puede, el actual panorama político.

Por si fuese poco, la actualidad está cada día jugando su papel, juicios mediáticos de toda índole y colores. Una extensa mezcla de asesinatos, blanqueos de capitales, violencia de género, estafas bancarias, incrementos de valor de obras públicas, cursos de formación defrauda torios, trapiches de todo tipo que me hacen recordar a los vendedores de crece pelos que iban de pueblo en pueblo con sus mágicas pócimas.

El Rey, junto con su familia está pasando un auténtico calvario porque su hermana y su cuñado están siendo juzgados y se está poniendo en entredicho si la casa real ha tenido algo que ver con las andaduras del señor Undargarin y su esposa la infanta Cristina, y con el papelón delante de sus narices de no encontrarse una formula satisfactoria para la gobernabilidad de su país, me da a mí la impresión de que lo tiene muy crudo para poder aportar algo positivo que nos haga salir de este atolladero político, en donde no hemos caído precisamente de repente y de un día para otro, sino más bien nos hemos ido metiendo gradualmente, no sin pasarnos por el forro muchas cuestiones y serias advertencias de adonde iríamos a parar con estas sucias artimañas de los poderes políticos y otros, advertencias hechas por personas muy dignas y cualificadas de nuestro propio país, pero  también desde fuera de nuestras fronteras.

En una ocasión escuche en una entrevista como el periodista Juan Cruz, director adjunto de el periódico “El País” que le hacía a don Emilio Lledó (filósofo español formado en Alemania, que ha sido profesor en las universidades de Heidelberg, La Laguna, Barcelona y Madrid y que es miembro de la Real Academia Española y ocupa el sillón "l") una comprometida pregunta, sobre lo que estaba pasando en España y su contestación fue rápida y elocuente, dijo: Pues mire usted, España es un país de tramposos y por lo tanto se encuentra entrampado.

Después de ver y analizar el panorama, no me cabe duda alguna de que así es.

Los espacios políticos que se disputan los partidos, para convencer al electorado carece en buena parte de ideología, de formación, de principios, de ética y hasta de moral, y eso es producto de muy poca inversión en educación, de no hacer las reformas pertinentes en materia jurídica, de no tipificar el cohecho y la prevaricación de forma más dura, de empeñarse en mantener una ley electoral obsoleta, de seguir politizando los tribunales de justicia, de no ponérsele cotas al blanqueo de dinero sucio, y así podíamos seguir con un listado amplio de cuestiones que se tenían que haber corregido, pero que como no les interesaban a los necios mandatarios, no se han hecho, y de aquellas aguas estos lodos.

A mí, en mi familia me enseñaron a ser honesto y digno, a llamar a las cosas por su nombre, a caminar erguido y con la cabeza alta, a no mentir más de lo estrictamente necesario, a respetar al prójimo y a sus bienes, a no reírme de nadie ni menospreciarlo, a ser solidario y lo más justo posible, porque según mi abuelo algún día llegaría un sistema social libre y democrático y debería estar preparado para ello. A mi abuelo no lo fusilaron, pero lo mataron en vida, quitándole muchos de sus bienes hasta el punto de que no pudo correr con los gastos de una enfermedad que acabo con una hija suya con tan solo 20 años. Pero no le pudieron quitar nunca su dignidad, y a pesar de terminar su vida empotrado en su cama en una humilde casa que no tenía ni siquiera cuarto de baño, se fue con la cabeza alta sin dejar  sus descendientes nada más que la deuda de su entierro, y a mi abuela sin tan siquiera una mísera pensión. Mi abuela subsistía de la caridad de sus amigos y vecinos, y durante el día venía a buscarla una señora de origen venezolano dueña de un restaurante, que  se la llevaba para ir a pelar papas, le pagaba 200 pesetas a la semana y le daba la comida. Yo estoy tremendamente orgulloso de ser su nieto, pobres sí, pero honrados hasta la medula.

Ahora me duele ver, como han cambiado las cosas, como algunos déspotas se llenan la boca hablando de centro izquierdas, faltándole el respeto a esa memoria histórica de la que tanto hablan, me asalta la dudad de que no lo estén haciendo por principios, sino tan solo por intereses políticos, por votos nada más.

Mi abuelo era falangista, murió en el año 1967, cuando yo tenía 9 años de edad, fue traicionado con burdas mentiras, porque él era el único de derechas de su familia, fue su propio hermano (socialista), el que lo denuncio de cosas y cuestiones políticas, estuvo en la cárcel durante un buen tiempo.  Ahora me pregunto ¿Para que de tanto sufrimiento entre hermanos?  ¿Cuánto hemos aprendido de nuestra historia?

Quiero terminar definiéndome a mí mismo políticamente, para que sepan quienes me leen, que yo herede de mis antepasados, los principios pero no la ideología, la ideología se me adhirió a mi espíritu escuchando a la nueva trova cubana, y en especial a Silvio Rodríguez a quien considero mi padre ideológico, con el que en una ocasión tuve la suerte de compartir almuerzo y decírselo fundiéndonos en un emotivo abrazo que aun llevo guardado en el fondo de mi  alma.

Yo soy socialista por convicción y de corazón, pero hace tiempo que deje de votar al PSOE de este país, no lo hice nunca más después de que me sentí traicionado por Felipe Gonzales que había prometido derogar la ley electoral y después de ganar las elecciones con mayoría absoluta, nunca lo hicieron. Perdieron mi confianza y me apene profundamente, nunca me afilie a ese partido, aunque pensé que si cambiarían algún día quizás lo haría, pero para mí desgracia y la de mucha gente, no solo no han cambiado, han ido y van a peor.

¿Qué coño es eso de Centro Izquierdas? ¿Y qué coño pregunta es esa a la militancia?

¿Pregúntenles a la militancia sin son neoliberales, o de centro, o de izquierdas?

¿Pregúntenles también si han leído a algunos de los grandes pensadores socialistas?

¿Pregúntenles si saben quién es Pablo Iglesias? O ¿Enrique Tierno? ¿O la pasionaria?

YO EL UNICO CONCEPTO DE SOCIALISMO QUE CONOZCO ES UN SISTEMA ORGANIZATIVO ECONOMICO Y SOCIAL CUYA BASE SEA QUE LOS MEDIOS DE PRODUCCION SEAN PARTE DEL PATRIMONIO COLECTIVO Y EL INTERES GENERAL SEA EL PUEBLO QUIEN LO ADMINISTRE  PARA LOGRAR UNA JUSTA REPARTICION DE LA RIQUEZA A TRAVEZ DE UNA ECONOMIA RACIONAL Y HUMANA.

¿Creen ustedes que esto se puede conseguir con personas ligths de esas que se llaman de centro?

Y si el problema es que se deben favores a las multinacionales, o dinero a los banqueros, pues lo pagan ustedes, no tiene siempre porque pagarlo el pueblo.

O se es SOCIALISTA o se es otra cosa, he ahí la cuestión.